Alexander Levy (-19) ha ganado el Volvo China Open con una formidable demostración final de poderío y confianza. De las que dejan huella. Otro infante que recluta la aldea gala. Otro que no se olvida de tomar su ración de pócima antes de irse a la cama. Lo llaman El Toro, así, en castellano, como si hubiera que dejar bien claro que el apodo se refiere al animal bravo e indómito criado para la lidia…
El excelente trabajo de la Federación francesa sigue dando frutos. ¿No querían futuros jugadores Ryder, mirando a la edición de París en 2018? La presencia de Dubuisson en el equipo, aunque este siempre ha ido un poco por libre, es casi un hecho. Y jugadores con el talento y desparpajo de Levy terminarán llamando a la puerta. Victor ha cumplido hace cinco días 24 años, Alexander lo hará a primeros del próximo mes de agosto… Y Romain Wattel, que debe convertirse en breve en la tercera punta ganadora del tridente, cumplió 23 el pasado enero. ¿Hay o no hay futuro? Y aún más: visto lo visto, ¿hay o o no hay presente en el golf francés?
El torneo lo ha decidido Levy en dos momentos. Uno muy extenso y elaborado: su 62 del viernes. Y otro que ha sido como un fogonazo cegador para el resto de candiidatos: el hierro largo que se jugaba hoy en la calle del 17 por encima del agua y que le reportaba una excelente ocasión de eagle. Venía de hacer un doble bogey terrorífico en el 15 y aquello mas bien parecía un todo o nada precipitado, porque aún defendía el francés su posición en el liderato. Pero pegó con todo, puso algo más que su físico de Toro al servicio del swing (con toda la fe,con toda la confianza…), se retorció cuanto pudo… Y casi puede decirse que cantó victoria en cuanto la bola botó delante del green, superando el obstáculo de agua por apenas tres metros.
«No me asusta la presión», declaró Levy mientras sujetaba el trofeo con la manos. Desde luego, hoy ha demostrado ampliamente que es así, como ya demostró siendo amateur en el prestigioso Trofeo Eisenhower (2010), cuando embocó un putt de 15 metros en el último hoyo para dar la victoria a Francia.
En el 18, como remate, se dejaba hecho el birdie desde el rough, por si alguno aún tenia dudas de su solvencia ganadora, a pesar de enfrentarse a la posibilidad de ganar por primera vez en el circuito europeo.
Álvaro Quirós (-13) ha arrastrado toda la jornada el lastre de dos bogeys tempraneros que lo alejaban demasiado de la cabeza. No obstante, y obviando un accidentado doble bogey final que firmaba en el 18, cuando ya daba todo igual, hay que destacar que el de Guadiaro no dejó de buscar la rendija por la que meterse de nuevo en la lucha por el triunfo. En el 13, rozaba el eagle, y luego el citado borrón de Levy en el 15, donde su bola fue a reposar justo delante de una chuleta complicándole la vida, aún mantenía al español asido a un clavo. A Quirós le ha faltado algo de templanza en la jornada definitiva, pero su semana es, sencillamente, algo más que un aviso: el mejor Quirós anda ya a la vuelta de la esquina. Resumen con los mejores golpes (VÍDEO) de la última ronda del Volvo China Open.
Álvaro mejora y la Armada vuelve a completar una magnífica actuación. Eduardo de la Riva (-9) ha entregado la mejor tarjeta del día, un 64 alucinante que lo ha llevado a la vera del top-ten. Rafael Cabrera Bello (-10) sí obtenía un puesto de honor entre los diez mejores tras jugar cinco menos en el día y Nacho Elviira (-8) sigue creciendo y creyéndose que su sitio es este, con los mejores.
La nota negativa corría a cargode Adrián Otaegui (-7), que salía con opciones incluso de victoria, después de unos primeros 54 hoyos muy consistentes, y ha pinchado. Pero el vasco es el que menos preocupa, no sólo por su insultante juventud, sino por esa determinación que muestra por ser uno de los mejores. Sin prisas, cuando toque…
