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ISPS Handa Championship in Spain 2022 | Crónica del triunfo de Pablo Larrazábal

El último triple salto mortal de Larrazábal siempre es el penúltimo

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Pablo Larrazábal
Pablo Larrazábal posa con el trofeo de campeón del ISPS Handa Championship in Spain. (© Golffile | Eoin Clarke)

Pablo Larrazábal (-15) ha ganado el ISPS Handa Championship in Spain. Es su séptima victoria en el circuito europeo, un club al que sólo acceden ilustrísimos nombres de la historia de este Tour, que acaba de cumplir cincuenta años y que ha visto pasar a cerca de diez mil jugadores en este tiempo. Él es uno de los más especiales.

Porque es un múltiple ganador, de acuerdo, pero por muchas cosas más: por el modo que tiene de exprimir sus talentos; por la garra que demuestra cuando llega la hora de la verdad; por el modo como vive su profesión, sintiéndose casi a cada minuto un privilegiado; y hasta por esa vena de showman que muestra cada vez que puede.

Es curioso. Pocos minutos antes de salir a jugar la cuarta y definitiva ronda, le decía a Raúl Quirós, su caddie y fiel escudero, que se había alegrado de la victoria del Betis en la Final de Copa, sobre todo por Joaquín Sánchez. Seguramente el veterano capitán y jugador del Betis y el golfista barcelonés no sean almas gemelas, pero ambos comparten cierto carisma y viven el show de similar manera. El carisma de los disfrutones. El de los tipos que siempre encuentran el modo de dar otro triple salto mortal, de sorprendernos o sencillamente de resucitar.

Vaya última ronda de golf. Ya no hacía el viento de las primeras horas de la mañana, cuando la mayoría, incluido Pablo, tuvo que terminar la tercera ronda en medio de un vendaval. Pero soplaba, todavía soplaba un viento frío y racheado, un escenario en el que firmar el 62 que le ha valido la victoria sólo está alcance de los genios.

Larrazábal ya peina canas a sus 38 años, sobre todo en las barbas, pero atraviesa por el mejor momento de su carrera, indiscutiblemente. Ahora sí puede decirse alto y claro, una vez que ha conseguido por primera ve en su carrera juntar dos victorias en la misma temporada. En realidad lo ha hecho en apenas un par de meses, así que mejor será no ponerle vallas al campo, tal y como se le ve. Tal y como lo viene saboreando todo. 

El torneo que se ha jugado esta semana en un más que interesante Lakes course del Infinitum Golf tarraconense ha finalizado con una imponente traca final que llevaba los colores de la Armada española, nuestra querida e infatigable Armada, siempre dispuesta a armar el taco, para envidia y admiración de franceses, nórdicos varios, italianos y hasta de los británicos, que no terminan de comprender cómo es posible que tan escasas licencias, en relación a lo que ellos tienen, produzcan tantísimo.

A falta de cinco o seis hoyos todavía quedaban en pie seis aspirantes, pero iban cayendo de uno en uno, mientras Larrazábal, por delante, estiraba y soltaba la cuerda: bogey en el 15, purazo de birdie desde unos diez metros en el 16, un buen par salvado en el 17 y birdie tumbativo en el 18…

Caía el chino Li en el 15, más adelante el francés Rozner y el sudafricano Du Plessis. Y sólo quedaban en pie dos, el canadiense Cockerill y otro español, Adrián Otaegui (-14), pero ambos necesitaban el eagle en el 18, par 5, para forzar el desempate. Cockerill se salía de la ecuación tras fallar la calle, pero el vasco iba a llevar hasta el límite la brega, metido en esa burbuja que gasta de pura concentración, pues aún se iba a procurar una postrera opción de eagle… Y no anduvo tan lejos de enchufarla.

Otaegui se ha quedado a las puertas de su cuarto triunfo en del circuito europeo (otro que viene cerrando cifras que se salen de la norma), pero sus hierros han dejado una firma de fuego esta semana en Tarragona. Y su actitud en el campo ha vuelto a ser modélica, de ‘killer’. Es una maravilla verlo competir, a las duras y a las maduras. Y, como él decía al finalizar, nada podía reprocharse después de esta larguísima jornada final en la que le ha tocado jugar treinta hoyos de golf, muchos de ellos bajo condiciones muy complicadas, y los solventaba con un fabuloso parcial de seis menos y un solo bogey, ninguno en la última ronda. Uno hace todo lo que está en su mano (y mejor que lo ha hecho Otaegui era casi imposible hacerlo) y después sólo queda esperar a que Larrazábal, o los tipos de su linaje, de su ralea, de su carisma, no anden cerca en la pelea.

Pablo al fin ha ganado en España. Y en Cataluña. En 2022 cumple los objetivos de dos en dos; su último triple salto mortal siempre termina siendo el penúltimo. Que cada cual interprete la advertencia como le venga en gana.

Resultados finales del ISPS Handa Championship in Spain 2022