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La seguridad en Turquía, una bolsa con clase, caddies rookies y otras historias del Portugal Masters

En Portugal, pendientes de Turquía (y de otras cosas)

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– Los mentideros de un torneo de golf dan mucho juego. Por ejemplo, hoy en Vilamoura uno de los temas candentes es el de si se iba a disputar o no el Turkish Airlines Open dentro de dos semanas, primera cita de las Series finales del circuito europeo, por aquello de la inestabilidad política y lo que no es política. Vaya por delante que, después de algunas reuniones del European Tour con la empresa de seguridad que se encarga de velar de los torneos y de los jugadores allá por donde va el circuito, la fumata parece de color blanco y el torneo no corre peligro. Se va a jugar este torneo, que no es uno cualquiera en el calendario, con esa bolsa de siete millones dólares.

José María Olazábal salió a jugar la pasada semana con Pello Iguarán, viejo compañero de fatigas, a los mandos de su bolsa. Pero esta semana Pello vuelve con su actual jefe, Francesco Molinari, y Chema se ha traído a Jesús Legarrea, que va a debutar como caddie en el circuito europeo. Es una experiencia única, qué duda cabe, y Legarrea está encantado, pero los novatos siempre tienen un precio que pagar y de momento ha sufrido las guasas de unos y otros: «tienes que llevar la bolsa con clase», le repite Chema…

– Jesús no es el único caddie atípico esta semana. Carlos de Corral, entre otras cosas actual narrador de Movistar Golf, llevará la bolsa de Eduardo de la Riva. Es su segunda experiencia de este tipo en un torneo del circuito europeo, pues hace algunos años llevó la de Gonzalo Fernández Castaño en Suiza.

Borja Virto está preparando la cita portuguesa de un modo concienzudo. Como no pudo entrar en el British Masters de la semana pasada lleva desde el sábado en Vilamoura.

Nacho Elvira mantiene una sana y vibrante pelea con su actitud en el campo. Lucha por depurarla lo más posible, por hacerla positiva, por conseguir resetear inmediatamente los malos golpes. Este verano perdió algunas batallas (nunca se dejan de perder), pero ahora cree que está de nuevo en la buena senda.

Larrazábal y el eterno bucle de la semana redonda. Qué difícil es hacer cuadrar todas las parcelas del juego. En el Alfred Dunhill el putter le salvó de todos los líos en los que le iba metiendo su juego largo; pero una semana después, en el British Masters, el mismo putter no conseguía darle brillo a la gran faena que le estaba procurando su juego de tee a green. La locura del golf. A ver qué toca esta semana…