Jorge Campillo también va a disfrutar este domingo de la oportunidad de ganar el Open de España. Lo tiene muy complicado, pero saldrá junto a Sergio García casi media hora por delante de los líderes, con la misión de enjugar esos cinco golpes de diferencia. El extremeño está completando a sus 28 años la cuarta temporada consecutiva en el European Tour, tiempo suficiente como para dar el salto a la dimensión de los ganadores. Porque, aunque a él no le gusta hacer ruido, también hay un Campillo que lucha cada día por gritar a su manera ‘aquí estoy yo’. Es por ejemplo el Campillo que el año 2009 accedía a la final de los Ben Hogan Award, premio que reconoce en Estados Unidos al mejor jugador universitario del curso. El mismo premio al que aspira Jon Rahm este año, que también ha sido nominado finalista junto a otros dos compañeros.
Jorge disputó en la final aquel título honorífico a Rickie Fowler y Kyle Stanley, que fue quien se lo llevó. Pero es que entre los semifinalistas se encontraban otros jugadores de la talla de Billy Horschel, Morgan Hoffman o Cameron Tringale.
Cada cual lleva su marcha, su tiempo. Fowler ganaba hace unos días el THE PLAYERS, cerrando algunas bocas, pero a este jugador lo batió repetidas veces Jorge Campillo en la época universitaria. «Sí, es cierto, le gané algunas veces, pero no éramos profesionales», rememora. Y enseguida matiza entre risas: «aunque de profesional también le he ganado una vez, creo. Fue este año en Abu Dhabi: yo quedé el 65º y él 68º, o algo así». (No se equivocaba demasiado: Campillo terminó en el puesto 63º y Fowler en el 66º).
Más en serio, reconoce que quizá esté llegando el tiempo de cambiar la marcha para salir más domingos en los últimos partidos, como esta semana, para jugar algún ‘major’ y, en definitiva, para seguir creciendo (VER VIDEO). Por desgracia, no existe la receta exacta, pero hay dos ingredientes indispensables que a él le sobran, paciencia y dedicación.
