La segunda jornada del Open de Gales ha finalizado coincidiendo con la aparición de la lluvia a media tarde y un ligero descenso de la temperatura…
Ha sido entonces cuando el ‘Twenty Ten’ del Celtic Manor Resort (Newport, Gales) se ha defendido todavía mejor y los resultados han sido menos brillantes que ayer y que esta mañana. Por ello, el escocés Richie Ramsay (-7) sigue siendo el líder en solitario del torneo, con un golpe de diferencia sobre los ingleses Ross Fisher y Robert Rock (ambos con -6). A esta parejita hay que vigilarla al detalle. Rock es, seguramente, uno de los jugadores en mejor forma del planeta golf en la actualidad.
Comentábamos en la crónica provisional tras el turno matutino que la Armada se guardaba varias cartas para situar sus opciones de victoria de cara al fin de semana. Pues bien, de momento la más clara es la de Ignacio Garrido (-5), que mañana sale en los últimos partidos y que está ahí, muy cerca. Curiosamente, y para que se vea que aquí no hay nada decidido, los cuatro líderes de ayer (Frost, Dougherty, McLean y Bjorn) han pinchado hoy, entregando tarjetas sobre par (especialmente llamativo el 76 de Frost).
Garrido ha aprovechado muy bien el tiempo sobre el recorrido mientras las condiciones eran un poco más favorables. De hecho, ha salido como un tiro, firmando cuatro birdes y un bogey en sus primeros seis hoyos. En ese momento, y en vista de su acierto con el putter, apuntaba con firmeza al liderato. Después se ha defendido con cabeza, oficio y experiencia. Está en un buen momento y ahí tiene ese fin de semana por delante para meterle mano. Las cosas hay que decirla a veces como se sienten: la enorme dedicación y profesionalidad de este jugador, un auténtico enamorado de su deporte, bien se merecen una victoria.
Tal y como se ha desarrollado el juego por la tarde no es ningún borrón tampoco la tarjeta de Pablo Larrazábal (-2), que en un día menos sólido en casi todas las parcelas, al menos ha tenido la serenidad suficiente para no echar por la borda todo el buen trabajo de ayer. Ha jugado sobre par, pero sigue dentro del torneo y, acuérdense, parece que esto tiene que dar muchas vueltas todavía. En este sentido, hay que reseñar la presencia agazapada de Miguel Ángel Jiménez (-2) a cinco golpes de la cabeza. El malagueño está ahí, ha vuelto a vencer al campo y además hoy ha entendido mejor los greenes (el jueves tripateó tres veces…).
Algo parecido podríamos decir de José Manuel Lara (-1), que ha salvado medianamente bien la jornada y aún está en tiempo y distancia para asaltar al menos el top-ten. Un apunte sobre la vuelta del valenciano: le ha costado arrancar más de la cuenta e incluso ha llegado a activar la alarma, pues a cuatro hoyos del final había perdido la renta ganada ayer y coqueteaba con el corte después de hacerle bogey al hoyo 13 y doble bogey al 14… Pero se ha marcado un sprint final digno de alguien que anda a día de hoy sobrado de confianza, con tres magníficos birdies en los últimos cuatro hoyos.
Alfredo García Heredia (+1) pasó finalmente el corte sobrado (VER CRÓNICA DE LA MAÑANA), precisamente ayudado por ese empeoramiento del tiempo. No lo consiguió Carlos del Moral (+5), que comenzaba su vuelta por el hoyo 11 con determinación y altas miras, ganando con dos birdes muchos puestos y mirando a lo alto de la tabla… Hasta que llegó un doble bogey en el hoyo 18 que le sacó la cadena. A partir de ahí, muchos problemas, sobre todo con las recuperaciones alrededor de green y el putter, que terminaroh de enterrar sus opciones. Una auténtica pena.
Tampoco Álvaro Velasco pudo salvar la situación. Es el octavo torneo consecutivo en el que el barcelonés no consigue pasar el corte. Evidentemente. necesita parar y, de algún modo, volver a empezar. Porque su principal virtud el año pasado fue esa ‘serena’ regularidad que le mantuvo rondando la presa muchas semanas. El putter no es hoy precisamente su mejor aliado y sin jugar los fines de semana no hay regularidad posible ni opciones materiales de salvar la tarjeta.
