Esta mañana concluía la segunda ronda del KLM Open tras las sucesivas suspensiones y habíamos dejado ayer a tres españoles pendientes de pasar un corte que finalmente se situaba en el PAR. Digamos antes de nada que, con suspense, ha habido pleno. Pep Anglés y Carlos Pigem no serán los únicos componentes de la Armada durante el fin de semana. Adrián Otaegui (PAR) lo pasaba a pesar de acabar con bogey en el 18; Alejandro Cañizares (PAR) firmaba buenos y decisivos birdies en los hoyos 6 y 8 para acabar su ronda por el 9 justo dentro. Sangre fría, la de Cañi. Y talento. Y Jorge Campillo…
La historia de Jorge Campillo (PAR) es de esas que normalmente pasan desapercibidas porque los focos, como es lógico, suelen apuntar más alto, pero que de tanto en tanto es interesante detallar. El extremeño estaba casi desahuciado tras el 76 que firmaba en la primera ronda, pero es que además su swing anda en rebeldía… No obstante, tal y como contábamos hace unas horas, gracias a un rendimiento extraterrestre en los greenes Jorge conseguía irse ayer al hotel con un parcial de tres menos en nueve hoyos y alguna esperanza de cara a la reanudación sabatina del juego. Esta mañana, retomando la vuelta en el hoyo 1, iban pasando los hoyos mejor o peor, mal que bien, y sumándose los pares, pero hacían falta birdies para soñar con el corte. Una buena oportunidad era sin duda el 6, par 5. Sin embargo, la espantada fue terrible: 55 metros a la derecha de la calle, con la buena suerte de ir a parar al fairway de otro hoyo… Terminaría fallando un putt de birdie desde tres metros. Acto seguido, sin embargo jugaba un hoyo 7 modélico: birdie desde dos metros. Y a continuación, tirazo en el par 3 del hoyo 8: birdie desde apenas un metro.
En ese momento, con un acumulado de cinco menos en la vuelta, Campillo y su caddie, Borja Martín-Simo, eran plenamente conscientes de que se habían metido justitos en el corte. Sólo había que mantenerse en el 9, uno de los hoyos más difíciles del campo según las estadísticas de esta semana. De entrada, salida errática al bunker de la derecha. Muy mal asunto, teniendo en cuenta cómo es ese bunker, con un talud que puede comprometer mucho el disparo, dependiendo de la situación exacta de la bola. Pero al llegar a la trampa de arena el jugador todavía calibró que quizá sí podía meterse ahí con un hierro 6 para tratar de cazar el green. Era un todo o nada. Si la bola rozaba el talud, o mejor dicho, sus frondosas barbas, lo normal sería acabar en una ría que cruza la calle más adelante. Sin embargo, Campillo pegaba uno de los golpes del año, dejándose aún una opción lejana de birdie. Misión cumplida. Y quién sabe si ahora las musas del swing (y de la confianza) vienen a verlo, justo antes de salir a jugar la tercera ronda…
Al margen de estas dramáticas correrías, también hay que apuntar que Joakim Lagergren (-10) se ha sumado a Joel Stalter en el coliderato del torneo. La tercera ronda está ya comenzando en unas condiciones de juego que al menos esta mañana eran más que decentes.
