– De vez en cuando Jaco Van Zyl (-11) se nos va por la tangente de la perfección. Hoy ha destrozado el Montgomerie Maxx Royal (tarjeta de 61 golpes, libre de bogeys) en la primera jornada del Turkish Airlines Open, primer torneo de las Series finales del European Tour.
– Lo que de verdad resulta sorprendente, más incluso que este 61 en una jornada de bonanza donde es muy cierto que han abundando los buenos resultados, es que este sudafricano de 36 años aún no tenga un triunfo en el circuito europeo. Es casi un misterio si atendemos a sus capacidades, a su golf de tiralíneas y, sobre todo, a sus catorce triunfos en el Sunshine Tour, un circuito menor, por supuesto, pero que no regala nada. Por su estar casi melancólico recuerda a esos futbolistas portugueses que salían de su tierra y su rendimiento caía en picado (cada vez ocurre menos, que diría Cristiano), ahogados por la morriña.
– Lee Westwood (-8) ha firmado hoy su mejor tarjeta del año. Así, como suena. Pero ni por esas es el líder del torneo… Al inglés, de un modo u otro, siempre se le cruza un pérfido abracadabra.
– El despliegue de Van Zyl y Westwood no debe empequeñecer el logro de Rafa Cabrera Bello (-5), que hoy lo ha hecho casi todo bien. Afortunadamente, no es nada nuevo este año. El juego largo del canario ha vuelto a brillar y la bola le ha corrido bien en los greenes. Esto último es lo que le estaba faltando semanas atrás, así que las noticias no pueden ser más interesantes.
– También se han colocado moderadamente bien Cañizares (-3) y Campillo (-3), pero está claro que esta semana, si se mantienen las condiciones de juego, hay que entregar algún o algunos ‘sesenta y sietes’ para aspirar siquiera a meterse en el top-ten, porque el rough no hace mucho daño.
– Rory McIlroy (-5) ya tiene uno en la talega. La sensación que ha dado es que lo ha pergeñado mientras se desperezaba, como aquel Tiger de los mejores tiempos, que en un día soso se sacaba de la chistera un resultado de cuatro o cinco menos. Birdies por castigo en los pares 5, un tirazo marca de la casa aquí o allá, un purito bien enfocado… Y mañana será otro día.
