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“Johnny, estamos en la pelea”

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Pablo Larrazábal (-3) ha tenido una de esas vueltas difíciles de digerir. Ha jugado muy bien, ha hecho birdies, se ha dejado algunas buenas opciones por el camino y ha pegado dos malos golpes que le han costado sendos dobles bogeys…

Demasiado castigo para el gran nivel exhibido por un Larrazábal que se mueve como pez en el agua con este viento del desierto marroquí. Su vuelta de 71 golpes le permite estar a una distancia perfecta para atacar el fin de semana. Los líderes de la mañana, a falta del turno de tarde, están en -6 y son Rhys Davies y Joost Luiten. Por ello, después de un día duro de trabajo, Pablo chocaba la mano de su caddie y le decía “Johnny, estamos en la pelea”. Era una manera también de olvidar alguna que otra diferencia que han tenido, especialmente en el hoyo 17. Por otro lado, gajes del oficio.

Los segundos nueve hoyos de Pablo han sido muy buenos. Hacía un birdie cómodo al 10 (par 5), después de coger el green de dos y hacer dos putts. En el 15 hacía otro birdie, tras de tenerlas tiesas con una hoja de una palmera que estaba prácticamente rota y reposaba sobre el suelo. Estaba justo en su línea de tiro y el viento la iba moviendo a su antojo. Ahora estaba en la línea, ahora no. Ahora sí, ahora no. Increíble. Pablo tuvo paciencia, esperó la racha adecuada y cuando se quitó de en medio ejecutó un gran approach que dejó a dos metros. Gran birdie.

El bogey del 17 fue más doloroso que el del 4. Falló el drive por la izquierda, pero no como para meterse en tantos problemas. La bola botó en rough pegó un salto increíblemente grande y se metió en una zona de arbustos. A simple vista parecía impensable, pero Larrazábal encontró un hueco y un stance para poder golpear. A lo Seve. Agarró el hierro 4 y la tocó perfecta. Demasiado perfecta, en realidad. La bola se cruzó la calle y se marchó a los arbustos de enfrente. Injugable. Pablo maldecía su suerte y el error de cálculo. En el dropaje, la bola se le volvió a quedar mal, apenas pudo sacarla al rough. Desde ahí, pegó su quinto tiro a green y se fue al rough de la derecha. La liada parecía monumental, pero el español se sacó de la manga un approach extraordinario por alto y la dejó dada. En el 18 volvió a hacer una gran recuperación desde el rough para par.

La lectura final era positiva. “Estoy jugando muy bien y ha sido una lástima que dos golpes malos me hayan costado tanto, pero estamos bien colocados y queda un buen fin de semana por delante. Ojalá que siga soplando este viento”, explica. Y es que Larrazábal es un consumado jugador con viento. De casta le viene al galgo. No en vano, echó los dientes en el Prat antiguo, un recorrido que siempre se juega con viento. “A veces venía del mar y otras venía del aeropuerto, pero no te quedaba otra que aprender a moverte en estas condiciones”, explica. Sus misiles tierra a tierra con el driver y los hierros largos son dignos de verse en directo.

Rafa Cabrera Bello (-1) ha hecho 72 golpes en el recorrido L’Ocean. El jugador canario resumía así su vuelta: “Ha habido un poco de todo. Mal con el putt, con el juego largo bien, algunos golpes muy buenos, pero también hice demasiados regalos”, asegura. El canario está más alejado, pero no hay que descartarlo con 36 hoyos por delante.

Nacho Garrido y Santi Luna (+1), que han jugador el Palais, también se han dejado abiertas de par en par las puertas del fin de semana, aunque aún hay que esperar para ver cómo evoluciona la tarde, ya que todo apunta a que el viento va a echarse igual que hizo ayer en las últimas horas. Al menos, a esta hora ya está amenazando. Hay que resaltar la gran vuelta de 69 golpes que ha hecho Luna en el Palais. Carlos del Moral (+7) se queda fuera del corte tras una mala vuelta en L’Ocean.

Detrás de la pareja de líderes, están con -5 Horsey, Ilonen, Hedblom, Kapur, Coetzee y Jeev Milkha Singh.

El turno de tarde ya está en juego con la presencia de Álvaro Velasco, Pablo Martín, José Manuel Lara y Alejandro Cañizares.