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Jon acepta un reto majareta de Tengolf

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Le pedimos a Jon Rahm que juegue un rato con nosotros… Y no al golf, precisamente: nunca se nos ocurriría someter a semejante tortura al gran campeón de Barrika. El reto que le proponemos es diferente: se trata de colocar en un once titular de fútbol al equipo europeo de la Ryder, flamante ganador de la última edición en el Marco Simone romano. Como es natural, no se trata de examinar las aptitudes futboleras de cada cual, sino más bien de colocarlos en el campo teniendo en cuenta otras singularidades. Su personalidad, por ejemplo. O incluso la apariencia física.

Jon establece para empezar el dibujo en el campo, un 4-2-3-1. Y de entrada le cuesta decidirse por elegir de entre los doce, al killer, al delantero centro, al hombre referencia en punta. Bien podría ser él mismo, pero elige situarse más atrás, en labores defensivas, aunque la suya en concreto es tan decisiva como la que más…

Los dos pivotes por delante de la defensa, jugadores que deben ser de ‘orden’ y bien templados, sí parece tenerlos mucho más claros. Igual que la pareja de centrales, demarcación en la que se impone la envergadura y alguna que otra faceta ‘estética’ que tiene que ver con la intimidación, como no puede ser de otra manera en tal parcela del campo.

El problema es que tenemos a doce jugadores (recordemos: Rahm, Rose, Rory, MacIntyre, Fitzpatrick, Aberg, Fleetwood, Hatton, Hojgaard, Straka, Hovland y Lowry) y uno, de entrada, tiene que quedarse fuera del once titular. Fútbol es fútbol, que diría Boskov. Con enorme delicadeza, pero con determinación (y algo de cachondeo), el vasco decide quién arrancará de inicio en el banquillo. Nada personal, entre otras cosas porque ya ha decidido a quien sustituirá cuando vayan pasando los minutos…

Señalemos, para acabar, que con Tyrrell Hatton, su compañero en los foursomes de viernes y sábado, no ha tenido ninguna duda en esta versión futbolera. Al final, si uno mira bien la alineación final, la mayoría de las decisiones de Jon tienen un sentido, teniendo en cuenta además que apenas le hemos dado tiempo de reflexión.