«No recuerdo un día de putt como el de hoy, donde haya tirado tantos putts buenos y no haya entrada ninguno». Así resumía Jon Rahm (-3) el que probablemente ha sido su día más aciago en los greenes como profesional. Los datos son incontestables. En la suma de los 18 hoyos de la segunda ronda del Acciona Open de España ha embocado un total de tres metros y ochenta y cinco centímetros de putt. El más largo ha caído en el 12, para par, y tenía un metro y treinta y siete centímetros. Frustración y desesperación. No hay más. Así es imposible.
Ha habido muchos putts fallados que han dolido a Jon, pero si tuviera que quedarse con uno solo, elegiría el del 9. Ha pegado un gran tiro desde el tee y se ha dejado una opción de birdie de cuatro metros y medio. La bola iba directa al hoyo y en el último momento ha pegado un quiebro inverosímil y ha pasado por encima del borde. No daba crédito. Es ahí cuanto corres el peligro de pensar que hoy no es el día, te pongas como te pongas, aunque Jon no es de esos. Lo ha seguido intentando y no ha perdido la esperanza de que el signo de la jornada cambiara. Sin éxito.
Es cierto que Jon hoy no ha jugado al golf de tee a green tan bien como lo hizo el jueves. Sólo ha cogido cinco calles y con este rough no es sencillo dejarlas cerca. Aún así, se le han ido tres putts de menos de tres metros, especialmente dolorosos los del 11 y el 14, uno para par y otro para birdie desde menos de un metro, y ha fallado hasta ocho opciones desde menos de cinco metros. Con este bagaje, era prácticamente una utopía pretender restarle golpes al campo. Sólo ha hecho un birdie en toda la ronda (en el 7) y, por supuesto, porque pateó primero para eagle.
Ha sido un día para olvidar. Ha hecho 72 golpes. Es su primera ronda sobre par en el Club de Campo Villa de Madrid. De todos los jugadores que han pasado el corte, sólo seis han jugado hoy sobre par: Jon, Campillo, García Broto, Pulkkanen, Samooja y Ross Fisher. Ni siquiera el 14 ha podido sobrevivir a este día. Lo había jugado trece veces y siempre le había hecho birdie o eagle. A la decimocuarta, que ya tiene narices el asunto, ha ido la vencida. Ha hecho par tras fallar el putt corto de birdie después de una gran sacada de búnker.
Rahm ha terminado frustrado y bastante quemado, pero ha conseguido tomárselo con filosofía. Uno de esos días. Igual que vienen así, se pueden transformar mañana en todo lo contrario. Eso es lo que va a buscar. Su objetivo sigue siendo ganar. Que nadie dude de que ya tiene en su cabeza un número para el domingo. Está a ocho golpes del liderato que ostenta Matthieu Pavon (-11), muy difícil, pero para Jon no hay nada imposible. Mientras hay vida, hay esperanza. Un buen objetivo podría ser llegar al domingo a -16. Necesitaría un parcial de -13 el fin de semana. Complicado, por supuesto, pero no es nada que no haya hecho ya en este campo. Desde este mismo momento se activa la Operación Rahmontada.
