El Open de Malasia sigue transcurriendo entre chaparrones y suspensiones. Hoy ya se ha suspendido el juego por falta de luz, cuando en realidad apenas cuatro partidos han conseguido completar los 18 hoyos de la tercera ronda…
Mañana, si el agua y los rayos lo permiten, toca un mini-maratón. El líder, por ejemplo, Rory McIlroy (-12), tendrá que completar 27 hoyos, comenzando a las 7,40 de la mañana (1,40 en la península). El norirlandés ha controlado la situación firmando ocho pares consecutivos y un birdie como remate final, pero desde luego ha dejado abiertas las puertas a un montón de candidatos. Alex Noren (-10), que partía también como líder, ha perdido fuelle, pero mantiene todas las opciones.
Y el más ilustre de esos candidatos al triunfo final es, sin duda, el Número Uno del mundo, Martin Kaymer (-9) que con un parcial de seis abajo en quince hoyos ha dado su particular golpe sobre la mesa. Ojo con Kaymer, que viene con hambre…
Rafael Cabrera Bello (-7) es ahora mismo la mejor opción de la Armada, tras firmar un parcial de dos abajo en diez hoyos. Todavía tiene terreno por delante para meterse incluso en los últimos partidos de la cuarta y definitiva ronda. En un torneo con tantos retrasos y distracciones la paciencia vale su peso en oro, y el canario la ha exhibido hoy a espuertas.
Todo lo contrario le ha ocurrido hoy a Pablo Martín (PAR), que partía desde un interesante -6 tras su 65 del viernes y que ha iniciado su vuelta con bogey y triple bogey, totalmente fuera de ritmo.
Alejandro Cañizares (-6), jugando junto a Kaymer, ha firmado en realidad un inicio tan o más explosivo que el del alemán, con cuatro birdies y un bogey por los primeros siete hoyos. Después ya no se ha movido más, pero al menos se ha dejado abiertas las puertas del top-ten y quién sabe si algo más. Le quedan tres hoyos de la tercera vuelta.
Pablo Larrazábal (-4) sufría al inicio igual que Martín los rigores de esta inusual semana de competición (ambos saben bien, en todo caso, que no sirve de excusa, pues todos han tenido que lidiar con las mismas condiciones), y de entrada se apuntaba tres bogeys consecutivos. El barcelonés, en todo caso, reaccionaba con celeridad, con tres birdies en los cuatro siguientes hoyos. Todavía tiene por delante seis hoyos más de la tercera ronda para apuntar más alto en el largo sprint final.
