El Open de Irlanda comienza este jueves en Killarney después de largas jornadas de prácticas aderezadas con sus buenos ratos de pesca en el lago Leane, epicentro de este recorrido al que se le podrá hacer un resultado más que bueno si no sopla el viento y consigues mantenerte lejos de los obstáculos de agua…
Todo parece dispuesto y preparado en el condado de Kerry para vivir una fiesta irlandesa. El público, desde luego, está deseando que empiece la acción para brindar en forma de ovación el homenaje que se merecen sus chicos: McIlroy, Clarke, McDowell y Harrington. Y bien merecido que lo tienen. No en vano, hay que recordar que los cuatro últimos europeos ganadores de Grandes son curiosamente irlandeses.
Todas las miradas apuntan hacia ellos. Y es que además, estos cuatro están entre los mejores cinco jugadores que hay en este Open de Irlanda por ránking mundial. El único que se ha colado en medio, entre los tres norirlandeses y Harrington, es Ross Fisher, precisamente el actual defensor del título.
Y en medio de toda esta exaltación irlandesa se han colado ocho españoles dispuestos a arruinar la fiesta local. Son Álvaro Velasco, José Manuel Lara, Rafa Cabrera Bello, Nacho Garrido, Gonzalo Fernández Castaño, Alejandro Cañizares, Carlos del Moral y Manuel Quirós. Un buen resultado esta semana sería una aldabonazo para cualquiera de ellos. Gonzalo no entra en esta ecuación, ya que sobre todo busca probarse físicamente, sin expectativas de resultado.
El año pasado hasta 41 jugadores terminaron bajo par y Ross Fisher ganó con -18. Es decir, habrá que hacer muchos birdies para estar arriba en la pelea. Este año el campo está preparado con algo más de rough, pero no es demasiado penalizador. El gran problema es el agua, como ya hemos dicho, ya que once de los 18 hoyos están afectados por este obstáculo. El viento sí que influye en el campo, aunque las previsiones apuntan a que no soplará demasiado durante la semana.
El póker de irlandeses antes citado parte como favorito, pero precisamente la presión por hacerlo bien en casa podría ser un hándicap importante que puede aprovechar el resto de los jugadores.
