Valderrama muerde. Valderrama aprieta la soga. Valderrama escuece. Sí, señores, Valderrama ha vuelto al European Tour cinco años después y lo ha hecho en su máximo esplendor. La Bestia vuelve a rugir. El viento de poniente, con rachas de poco más de veinte kilómetros por hora, ha terminado de afilarle las garras al monstruo. Desesperante. Tenso hasta la extenuación. Delicado desde el tee, terrorífico en los tiros a green.
Valderrama siempre es difícil, pero el cóctel de viento de poniente, que dificulta hasta los hoyos con el aire a favor, unido a unos greenes muy pequeños, duros y firmes, y un rough tremendamente exigente, ha provocado que la segunda ronda del Open de España se haya convertido en una auténtica batalla por la supervivencia. Sólo dos vueltas bajo par: Michael Lorenzo-Vera y Peter Hanson; ambos con -1; nadie por debajo de 70 golpes; 28 vueltas por encima de 80 golpes; sólo dos jugadores quedan bajo par en la clasificación general y el corte más alto de la historia del Open de España igualado (+9) (Las Brisas, 1987). Esta retahíla debe ser más que suficiente para entender lo que ha ocurrido hoy en Sotogrande. Golf salvaje.
En estas condiciones, Pablo Larrazábal (-3) ha tomado el liderato en solitario. No se le puede poner ningún pero. Es el único que no ha perdido aún la batalla con Valderrama. Dos vueltas y una al par y otra de 68 golpes. Liderato merecido. Su garra brilla en este tipo de situaciones, bien apoyada por supuesto en el enorme conocimiento que Raúl Quirós, su caddie, tiene de este recorrido, situado a menos de cinco kilómetros.
Larrazábal lidera en solitario en la escabechina con dos golpes de ventaja sobre Andrew Johnston y tres sobre Alexander Levy, James Morrison y Alejandro Cañizares. El Open de España se mete en un fin de semana apasionante donde cualquier cosa puede pasar. Si no querían té, vayan yendo a la cocina a por dos tazas. Y es que la previsión del tiempo asegura que este sábado soplará aún con más fuerza el poniente. Equilibrismos. En un campo donde la diferencia entre un día y otro puede ser perfectamente de diez golpes, quién se atreve a discutir que aún puede pasar cualquier cosa en Valderrama. Consulta aquí los resultados en directo.
