A las ocho de la mañana, hora local, nueve de la mañana en la España peninsular, estaba previsto el inicio de la primera ronda del Portugal Masters. Sin embargo, un inesperado e inoportuno invitado ha evitado que el torneo comience a su hora. La niebla se ha posado sobre el Oceanico Victoria de Vilamoura y ha retrasado la puesta en escena de la acción. A las ocho de la mañana la visibilidad en el tee del hoyo 1, por ejemplo, era de poco más de cien metros, insuficiente para jugar al golf. La jornada ha empezado con 55 minutos de retraso.
¿Cómo se mide la niebla y cuándo se decide que se puede jugar? No hay ningún aparato que capte la intensidad. Aquí sólo cuenta la percepción del ojo humano. La regla es simple: se empezará a jugar cuando puedan verse todos los golpes. Es decir, para que se hagan una idea, cuando la visibilidad sea, al menos de 300 metros, la caída del drive de un buen pegador. Se tienen que ver todos los tiros. Esa es la vara de medir.
Hay algunos datos interesantes que explican cómo puede afectar este retraso al desarrollo de la primera jornada y del torneo. Prácticamente es imposible que hoy se pueda completar ya la primera jornada, ya que el margen era de algo menos de media hora. sin embargo, todo apunta a que la segunda ronda podrá comenzar en su horario previsto. Todo lo que sea menos de una hora permitiría que los jugadores con hoyos pendientes de la primera jornada terminaran su vuelta (estarían por sus hoyos 16, 17 o 18), mientras que los primeros jugadores del viernes podrían empezar la segunda por el 1 o el 10. Así que estamos en el límite.
El problema de este retraso es que puede afectar a un torneo que ya está amenazado por la previsión meteorológica para el fin de semana, aunque el parte ha mejorado un poco. Dicen ahora los expertos que la lluvia gruesa podría retrasarse el sábado hasta la una o dos de la tarde, un margen más que interesante que alivia.
Horarios de salida y resultados en directo del Portugal Masters
