El balance de Pablo Larrazábal (-7) en el Doha Golf Club no era demasiado halagüeño antes de aterrizar esta semana en tierras qataríes. Había jugado 21 rondas de competición y su media de golpes superaba el par del campo (72,28). Tan solo en dos ocasiones, de hecho, había sido capaz de bajar de setenta golpes y se había quedado fuera del corte en tres de sus seis participaciones.
Hoy, sin embargo, saliendo pronto a jugar en un día ventoso, ha roto con el pasado, se ha aupado al liderato provisional del torneo junto a Louis Osthuizen (-7) y, por supuesto, ha firmado la mejor tarjeta de su carrera en este recorrido. Y eso que aún pudo rematar con un birdie más en el 18 si hubiera embocado ese último putt de algo más de un metro…
Ha sido una vuelta sobresaliente. Libre de bogeys y, aunque no lo parezca, colmada de paciencia. Esa era al menos la clara sensación del jugador barcelonés. Nada más finalizar la vuelta se sentía orgulloso por haberse mostrado paciente cuando la bola se negó a entrar. No es para menos, si tenemos en cuenta que terminaba cazando 17 greenes, rozando la perfección por momentos de tee a green. Pablo es uno de los siete españoles que ha sido capaz de ganar al menos una vez en la Gira del Desierto (los otros seis: Seve, Olazábal, Jiménez, Quirós (2), Sergio y Cabrera Bello), pero además hoy ha roto un maleficio. Se ha puesto el turbante, también aquí, en Qatar.
Rafa Cabrera Bello (-5), precisamente otro de los triunfadores de la Armada en el desierto, tampoco se ha colocado nada mal. El canario, igual que la semana pasada en Abu Dhabi, sigue pegando de dulce a la bola, sobre todo con los hierros. Hoy, además, le ha hecho resultado a los pares 5 (tres menos en estos hoyos), justo lo que le faltó hace unos días para haberse puesto en disposición de luchar por el triunfo (recordemos: firmó un parcial de +1 en los pares 5 a lo largo de las cuatro rondas).
Jorge Campillo (-3), por su parte, tampoco anda muy lejos. Su mejora está clarísimamente localizada: el extremeño ha estado mucho más sólido desde el tee, con el driver en la mano, y se ha evitado excursiones inoportunas como las de la semana pasada…
