No deja de tener su lógica que un jugador que haya sumado 45 putts en 36 hoyos de golf sea el líder de un torneo…
Y eso es exactamente lo que ha hecho Joel Sjoholm (-11) en el BMW International Open, que encabeza la clasificación en el Golf Club Gut Larchenhof por esta circunstancia, entre otras cosas…
Este sueco de adopción, chileno de nacimiento (sueco a todos los efectos, en realidad) es una auténtica caja de sorpresas. Mucho talento encerrado en esa imagen peculiar que se ha ido creando (por la cresta, los bombachos y las medias, más que nada) y quizá demasiada irregularidad todavía en su juego. De hecho, éste es el 17º torneo que disputa esta temporada y reparte casi a medias las semanas que pasa el corte y las que no. Pura inspiración. Además de esos 22 putts del jueves y 23 de hoy, hoy se ha aupado a un liderato en solitario (dos golpes de ventaja sobre Wood, McGinley, Zanotti y Willet) firmando dos eagles.
Pablo Larrazábal (-4) comenzaba la vuelta como un tornado, con tres birdies en los tres primeros hoyos, pero luego fue haciéndose más y más áspera. El barcelonés ha jugado bajo par y está en la pomada, que a estas alturas es lo que debe contar.
Finalmente el -1 ha entrado en el corte tras una jornada mucho más complicada que la del jueves (por el viento y el estado irregular de los greenes), hasta el punto que hoy se han dado más de un setenta por ciento menos de tarjetas bajo par (51 se han sumado hoy, por las 88 del jueves). Así que Carlos del Moral (-1) tendrá la opción de resarcirse de ese final de vuelta tan negativo. Pablo Martín (-1) y Jordi García (-1) también estarán el fin de semana, con algunos apuros, pero en el fin de semana, que es lo importante. A partir de ahí, por supuesto, hay que ganarse el cheque.
Nacho Garrido (+1), Alejandro Cañizares (+2), Adrián Otaegui (+3, aunque hoy ha reaccionado con un buen pero insuficiente 70) y Álvaro Quirós (+3) se quedan fuera. El de Guadiaro está sufriendo, y de qué manera, un enorme desgaste por la lucha que mantiene contra la debilidad de su juego en los greenes, que finalmente termina por afectar al resto del juego. Un desgaste y una lucha que a estas alturas son de orden psicológico, más que nada.
