Pablo Larrazábal (-10) se ha encaramado a lo más alto de la clasificación del KLM Open tras la tercera jornada. Después de firmar una tarjeta de 67 golpes, sin bogeys, es el líder en solitario y mañana partirá con un golpe de ventaja sobre sus dos compañeros del partido estelar, Adrián Otaegui (-9) y Rasmus Hojgaard (-9), tras firmar cada cual tarjetas de 69 y 67 golpes, respectivamente.
Partían este sábado cuatro españoles en los últimos partidos y, por desgracia, dos de ellos se han descolgado, ya veremos si de modo definitivo. Uno, Alejandro del Rey (-4), que cuando ha jugado ordenado no ha recogido fruto, y sin embargo ha pagado casi siempre peaje cuando no ha estado tan fino, sobre todo desde el tee. Y otro, Jorge Campillo (-6), que ha pagado severamente los errores en dos hoyos, 8 y 17, ambos par 3, donde se iba al agua de salida y tampoco andaba luego muy lúcido desde la zona de dropaje. Le caían dos triples bogeys, un lastre normalmente inaguantable a estas alturas del torneo (a estas alturas y a cualquiera otra, dicho sea de paso), aunque algo nos dice que el extremeño todavía tiene cosas que decir en la ronda definitiva.
Porque también se puede ver su situación desde este otro punto de vista: ha ido tan sobrado de juego Campillo durante la mayor parte de los 54 hoyos ya disputados, que incluso todavía podría reengancharse al tren ganador, a pesar de semejantes accidentes. Hoy, en efecto, volvía a mostrar su mejor versión hasta llegar a ese fatídico hoyo 8, llegando a situar su liderato muy lejos del resto. Incluso después del primer triple bogey, recuperaba el pulso y la ventaja en el liderato. Sería necio descartarlo.
Sobrado ha ido hoy también de tee a green Otaegui. Probablemente, en esta amplia parcela, la de llevar la bola desde el tee a las inmediaciones de la bandera, ha sido el mejor sobre el Bernardus Golf en la tercera ronda. Muy seguro desde el tee y más certero que nadie con los hierros y wedges. Hasta siete putts de birdie de menos de cuatro metros se dejaba por el camino, incluyendo alguno realmente corto, como ese de medio metro que erraba en el hoyo 7 o los de ‘metro veinte’ que tampoco acertaba a embocar en los hoyos 10 y 17… Lo del donostiarra, hoy, con el putt chisposo, podía haber sido de auténtico escándalo. Aunque quizá haya que contarlo todo, en honor a la verdad: Adrián también ha enchufado hoy buenos puros para alcanzar una hermosa cifra de cinco birdies. Aquello de lo uno por lo otro no nos vale en este caso: tal ha sido su despliegue de juego que bien hubiera merecido al menos el mejor registro del día. Pues eso, 65 golpes y liderato en solitario.
En cuanto a Pablo Larrazábal… Pues ha estado notable desde el tee (10/14), muy sólido desde la calle (16/18 greenes en regulación) y de Matrícula en los greenes. No sólo ha enchufado cuatro putts de birdie de media y, sobre todo, larga distancia, sino que además cerraba la vuelta con un purito de cuatro metros y medio en el 18 para salvar el par y mantener el liderato en solitario. Más allá de cómo juegue, un poco mejor, un poco peor, el aval más preciado de Pablo de cara a la ronda definitiva quizá sea su actitud, a prueba de bombas en este momento.
El torneo está muy abierto. Rasmus Hojgaard y Adrian Meronk (-8) se presentan a priori como los principales escollos para los españoles. Cualquiera de ellos bien podría birlar a Larrazábal la posibilidad de sumar su novena victoria en el circuito europeo; o la quinta a Otaegui; o la séptima al golf masculino español en 2023 y en los dos principales circuitos, un registro mareante cuando no se ha alcanzado el meridiano del presente ejercicio.
