Sólo quedan once jugadores por debajo del par en el Real de Sevilla una vez finalizada la tercera jornada del Open de España. No puede sorprendernos, el agua y el viento tienen estas cosas…
La inclemencia meteorológica pone a prueba el sistema nervioso, multiplica los errores, y ahí está ese rough del Real sevillano esperándote, que no está preparado para ursulinas precisamente…
El golf patrio español puede sentirse hoy orgulloso. Porque en una jornada larga y sinuosa (llovizna, lluvia, torrente celestial, suspensión, brisa, viento y vendaval…) sólo nueve jugadores han bajado del par y, de entre ellos, tan solo tres han bajado de setenta golpes. Y los tres son de la Armada. Pablo Larrazábal (-4), 69 golpes, Alejandro Cañizares (-2), 68 y mejor vuelta del día, y Carlos del Moral (PAR), otro tarjetón de 69 golpes.
Los tres tienen mañana opciones reales de triunfo. Simon Dyson (-5) es el líder, pero en el 18 abría la puerta a un buen puñado más de candidatos con un doble bogey desde el centro de la calle.
Jorge Campillo (-3) no ha bajado de setenta, pero se ha mantenido a flote y, pese a lo que pueda indicar su 73, ha vuelto a mostrarse muy sólido. Ni que decir tiene que él también sale mañana con todas las aspiraciones.
Aquí ya no hay rivales pequeños. Kjeldsen (-4), que ya ganó en Sevilla un torneo ventoso, Colsaerts (-1) o Francesco Molinari (-1) tienen algo que decir. No tanto Bourdy, el líder del viernes, que entregaba un 80 terrorífico tras un final de vuelta aciago (doble bogey-doble bogey-bogey-bogey era su secuencia final).
Larrazábal anda pletórico, eléctrico. Hoy sólo ha firmado un bogey, precisamente en el 18. Cañizares ha dado hoy un recital con el putter y su final de vuelta ha resultado apoteósico: birdie en el 15 con un putt de unos cuatro metros; eagle en el 16 desde unos dos metros, aunque aquí el mérito ha sido del drive y un hierro 6 de calle; un buen par en el 17 desde unos dos metros y medio; y birdie en el 18 desde unos cuatro metros. Asi no hay quien tosa a nadie. Y Carlos del Moral ha enviado hoy un aviso de talla: se ha tragado lo peor de la jornada (agua primero a cubos y viento después tras la suspensión) y aún así ha tumbado por K.O. al campo.