El holandés resiste el brutal ataque final de Fleetwood y conquista en Gales su cuarta victoria
Joost Luiten recordó hoy en Celtic Manor a uno de esos esforzados de la ruta, jornaleros de la gloria del ciclismo que aprovechan las etapas de transición para lanzar una larga escapada en busca del triunfo. Enfrente, Tommy Fleetwood era el implacable pelotón, ése que prepara insobornable la volata deseando engullir sin piedad al valiente.
Y anduvo cerca, muy cerca Fleetwood de darle un disgusto a Luiten. El holandés ni siquiera tuvo tiempo de levantar los brazos. El sprint final del inglés fue extraordinario, devastador. Ojo a la secuencia: birdie al 14, eagle al 15, birdie al 16, birdie al 17 y birdie al 18, tirando un putt más que razonable de eagle. Salió de la nada, oculto en el ingente pelotón perseguidor de Luiten para firmar un magnífico seis bajo par en los cinco últimos hoyos y acabar con el aliento sobre la nuca del holandés. Fleetwood debería llevarse estos cinco últimos hoyos de Celtic Manor y ponerlos en su jardín. Su actuación esta semana en este tramo ha sido fabulosa: quince bajo par en veinte hoyos.
En cualquier caso, Luiten, aunque acabó pidiendo la hora, mantuvo la calma necesaria para llevarse la victoria, la cuarta de su carrera a los 28 años de edad. Cosa seria este tulipán. Se coloca en el puesto 35º del ránking mundial, mirando ya de frente al PGA Tour y con la rabia contenida de que este tren que pasaba por Gales y al que se subió de un salto no hubiera sido el de Italia la semana que McGinley decidió las elecciones para la Ryder. El destino tiene también estas cosas. ¿Le llegará la oportunidad con 30 años? El caballo ganador a día de hoy es el SÍ.
Hablando de Ryder Cup, Lee Westwood ha terminado con una vuelta de 76 golpes. Europa cruza los dedos deseando que el inglés se haya guardado lo mejor de su repertorio para la próxima semana en Gleneagles.
Los españoles tampoco tuvieron un buen domingo en Gales. Adrián Otaegui hizo 73 golpes y Nacho Elvira 75 y acabaron difuminados en la clasificación. Ambos van necesitando y mereciendo un fin de semana donde frague todo el buen trabajo que hacen los días previos.
