
– Una tarde cualquiera en el Emirates Golf Club. Los encuentros y las charlas improvisadas se suceden. Luke Donald dialoga con Javier Ballesteros. El hijo mayor de Seve está en Dubai con una doble misión. La primera, como mánager de All in Sports, es vigilar y atender a sus pupilos, Ángel Hidalgo y Ángel Ayora. La segunda, entregar a Rory McIlroy el premio Seve Ballesteros al mejor jugador del año del DP World Tour 2024.
Casualmente, justo cuando está hablando con el capitán de la Ryder Cup, aparecen bajo el arco de entrada de la cancha de prácticas, junto a la puerta que da acceso al restaurante de los jugadores, Ángel Ayora y su entrenador y caddie Juan Ochoa. Como no puede ser de otra manera, aprovechan la ocasión para presentarse a Donald. El equipo de trabajo de Europa de la Ryder no le quita ojo a Ayora desde hace tiempo, pero nunca habían tenido la oportunidad de conocerse en persona. Es entonces cuando se produce el siguiente intercambio:
– Luke Donald: «Veo que estás jugando muy bien. Te vi acabar quinto en Leopard Creek. Gran torneo. Gran golf».
(intercambian varias palabras y se despiden de la siguiente manera)
– Juan Ochoa: «Nuestro objetivo es darte un buen dolor de cabeza en septiembre».
– L.D.: «Me encantan ese tipo de dolores de cabeza. Me encanta cuando los buenos jugadores me dan dolor de cabeza. Definitivamente, debería ser vuestro objetivo este temporada».
– J.O.: «Lo es, realmente lo es».
– L.D.: «Me gusta, seguir por este camino».
El guante está lanzado y el capitán lo ha recogido con entusiasmo. Está muy bien hacerle ver a Donald el deseo y la ambición por jugar la Ryder Cup con sólo 20 años o, al menos, la firme disposición a ponérselo difícil cuando llegue el momento de realizar las selecciones. Ayora, por cierto, cumplió con su palabra y, aunque no juega esta semana porque no ha entrado por su categoría, se pasó por el Emirates para ver en directo a Rory McIlroy.
– Viktor Hovland se define a sí mismo como un «loco diagnosticado». Se refiere a su obsesión por la parte técnica del swing. Como saben, está estrenando profesor y ha confesado que no las tiene todas consigo esta semana. Está trabajando a destajo, se está yendo el último cada día de la cancha de prácticas de Dubai, pero no termina de encontrarse completamente a gusto. «Durante mi carrera he decidido cambiar algunas cosas del swing en diferentes momentos. Siempre me fue muy bien menos el año pasado. Sí, me arrepiento de los cambios que hice en 2024. Estaba buscando una bola más al draw, no lo conseguí y cuando quise volver a mi bola natural al fade ya no me salía igual. Es cuando entran en colisión vicios nuevos y antiguos y no es fácil desenmarañar ese ovillo. Tomé una mala decisión y ahora lo estoy pagando. Creo que voy en la dirección correcta, pero admito que me está costando más tiempo del que pensaba», señala el noruego. Lo de Hovland no es más que el último caso de una historia que inexplicablemente se repite demasiado en el golf profesional: meterse en cambios buscando una mejoría y acabar en un agujero del que resultado muy difícil salir. Viktor, al menos, se queda con algo positivo: «si haciendo un swing que odio cada vez que lo veo en un vídeo fui capaz de pelear por ganar el PGA Championship y me metí en el Tour Championship, significa que hay cosas que sigo haciendo muy bien. Aún me falta para estar donde quiero», reconoce. No cuenten con él para esta semana… O quizá sí. Al fin y al cabo estamos ante un «loco diagnosticado».

– Hablando de majaretas de la técnica. Padraig Harrington. Vuelta de prácticas del martes. El irlandés comparte salida con Ángel Hidalgo, Iván Cantero y Rafa Cabrera Bello. También va en el partido Jordi García del Moral, entrenador de los dos primeros. En un momento dado, Harrington se percata de que Jordi es el entrenador y se acerca a él para interesarse por los jugadores que lleva e intercambiar algunas ideas de técnica. La charla acaba con una sentencia de Harrington. «Tengo claro una cosa: para ser competitivo en el golf actual y poder plantarle cara a Rory McIlroy hay que estar por encima de las 175 millas por hora de velocidad de bola», más de 281 kilómetros por hora. Atención a la curiosidad, Harrington no dice ser el Número Uno, ganar el Masters o derrotar a Scottie Scheffler, se refirió expresamente a McIlroy.
– Rory tiene la oportunidad de ganar por tercera vez consecutiva el Hero Dubai Desert Classic. Es un dato extraterrestre al alcance únicamente de cuatro jugadores en toda la historia del DP World Tour. Hace 21 años que no sucede algo así.
| European Monte Carlo Open | Ian WOOSNAM | 1990 |
| European Monte Carlo Open | Ian WOOSNAM | 1991 |
| European Monte Carlo Open | Ian WOOSNAM | 1992 |
| Amgen Irish Open | Sir Nick FALDO | 1991 |
| Amgen Irish Open | Sir Nick FALDO | 1992 |
| Amgen Irish Open | Sir Nick FALDO | 1993 |
| BMW PGA Championship | Colin MONTGOMERIE | 1998 |
| BMW PGA Championship | Colin MONTGOMERIE | 1999 |
| BMW PGA Championship | Colin MONTGOMERIE | 2000 |
| Heineken Classic | Ernie ELS | 2002 |
| Heineken Classic | Ernie ELS | 2003 |
| Heineken Classic | Ernie ELS | 2004 |
– La pasada Team Cup y las elecciones del equipo continental siguen generando cierta controversia. Como ya contamos en Ten Golf, Jorge Campillo era el primer reserva cuando se llamó a Julien Guerrier para sustituir a Nicolai Hojgaard, pero se le saltó por una cuestión logística, no se le quería hacer venir desde España sin la seguridad de poder jugar, ya que el danés no era una baja segura el miércoles. Por eso se decidió llamar a Guerrier, aunque fuera sin hablar inicialmente de manera directa con Campillo, ya que el francés vive en Dubai. Lo extraño del asunto es que el segundo reserva de la Team Cup en la Europa Continental era en teoría Guido Migliozzi y tampoco se le llamó… Y Migliozzi, señoras y señores, vive en Dubai. Pues lo dicho, que todo muy raro.


