Cinco de los siete mejores jugadores presentes en el Open de Italia están metidos en el top 10 a falta de 18 hoyos. A saber: Matthew Fitzpatrick (-10), Rory McIlroy (-9), Lucas Herbert (-8), Kurt Kitayama (-8) y Tyrrell Hatton (-6).
Los cinco se encuentran entre los 61 mejores del mundo. Y los cinco saldrán el domingo con opciones de victoria. Además, en los seis últimos partidos de la jornada final tendremos a Robert MacIntyre, Tom Lewis, Eddie Pepperell, Francesco Molinari, Jorge Campillo o Antoine Rozner. No se puede pedir mucho más.
El Marco Simone se está graduando cum laude esta semana a un año vista de la Ryder Cup. Es un campo duro, exigente, con un rough retador, donde se pega poco wedge y mucho hierro medio, un escenario donde hay que estar fino desde el tee para no llevarte un saco de golpes a casa y donde puede ocurrir de todo en cualquier hoyo.
Victor Perez (-8) es el gran ejemplo de la montaña rusa en la que se puede convertir el campo italiano. Por dos veces agarró el liderato en -10 y por dos veces lo soltó a las primeras de cambio, primero con un doble bogey y después con dos bogeys para acabar en los hoyos 17 y 18. Si pegas bien a la bola, te caen los birdies. Si andas desajustado, abonas a la salida.
El torneo está espectacular y sirve de inmejorable aperitivo para la Ryder. Fitzpatrick es el gran favorito al triunfo. Obviamente, porque está primero con un golpe de ventaja, pero también por cómo está jugando. Es el que menos falla de todos.
Hoy sólo cometió un bogey en unas condiciones muy difíciles por el viento. Un approach a manos cambiadas (marca de la casa), desde la derecha de green en el 18 le puso el liderato en bandeja. Es un seguro de vida y en un campo así es vital. Si el viento vuelve a soplar el domingo, será difícil que no se lleve el trofeo a casa.
Claro que una de sus parejas de baile el domingo será Rory McIlroy. El norirlandés no anda brillante, ni mucho menos. Más bien está espeso. No encuentra lo mejor de su repertorio y aún así está a un golpe del liderato. Sin hacer nada del otro mundo. Si se calma el viento el domingo, como en los últimos instantes de la tercera ronda, hay que colocarlo como gran favorito.
Tampoco habrá que perder de vista a Aaron Rai (-9), golfista que cada año sube escalones y que hoy ha entregado un 65 sin errores de ciencia ficción cuando más estaba apretando el viento. El inglés podría estar jugando esta semana el Fortinet Championship en el PGA Tour por una bolsa de premios más grande, pero ha preferido estar aquí para demostrar, entre otras cosas, que su prioridad es la Ryder Cup. Por cierto, los nueve jugadores presentes en los tres últimos partidos, a excepción de Victor Perez, juegan más en el PGA Tour que en Europa.
Jorge Campillo (-4) es el mejor español. El extremeño ha entregado hoy una muy valiosa tarjeta de 68 golpes, con seis birdies y tres bogeys y un excepcional final de tres birdies en los últimos cuatro hoyos. Así es el Marco Simone. Campillo hace tres menos para acabar y Victor Perez remata con dos bogeys… Pura emoción e incertidumbre.
Esos tres birdies finales de Jorge, por cierto, han sido de manual, con tirazos, y metiendo putts de menos de metro y medio. Lástima la buena opción que se le ha escapado en el 12. Está jugando un gran golf, está pateando mucho mejor y en cualquier momento va a dar un susto a todos. Para hacerlo mañana tendría que jugar muy bajo. Hay alguna opción, pero está realmente difícil.
Santi Tarrio (-2), Gonzalo Fernández Castaño (-1) y Adrián Otaegui (-1) lograron jugar bajo par y aún tienen a tiro rematar una gran semana en Italia. También pueden hacerlo Álvaro Quirós (PAR), Rafa Cabrera Bello (PAR) y Sebastián García Rodríguez (+1), aunque el regusto de hoy para los tres sea más amargo que dulce.
