Rory McIlroy (-7) es el líder poderoso del Open de Escocia tras la primera jornada. Poco importaba que soplara el viento desde bien pronto. El norirlandés, de entrada, ha batido el récord del legendario Balgownie course del Royal Aberdeen con una tarjeta de 64 golpes.
Su demostración ha sido intimidatoria, con el Open Championship a la vuelta de la esquina. Una muestra. En el hoyo 13, par 4 de 398 metros, la ponía en el green desde el tee. De acuerdo, el viento soplaba a favor y el hoyo discurre cuesta abajo, pero no deja de de ser asombroso. Por la potencia, por supuesto, pero también por la puntería para meterla por el sitio… Allá, en el green, aguardaba un incrédulo Ian Poulter, que iba jugando por delante, y a quien Rory aún trató de intimidar más: «ha sido con la madera 3», le dijo.
Si a usted le han contado que a McIlroy no le gustan especialmente los links, no le han engañado. Realmente no suele disfrutar en este tipo de campos. Pero el joven norirlandés se lo está tomando ya de otro modo. Hoy confesaba que ha estado trabajando duro las dos últimas semanas, sobre todo con esos misiles tierra-tierra tan necesarios en los links. Bien pronto está recogiendo los frutos. Otro dato intimidatorio: hoy ha cazado 17 greenes.
Pablo Larrazábal (-2) y Carlos del Moral (-1) son los dos españoles mejor situados. Y no es poca cosa su resultado. A pesar del registro del líder, así como los de Kristoffer Broberg (-6) y Ricardo González (-6), y alguno que otro más (Mickelson, defensor del título ha comenzado con un buen 68, tres menos), no se puede decir que la jornada haya resultado sencilla en este maravilloso recorrido del noroeste de Escocia. El corte, de hecho, podría llegar mañana hasta el +2 si se mantienen las condiciones ventosas, como así parece.
