El BMW International Open que comienza mañana se ha venido alternando en dos campos en los últimos tiempos, el Golf Club Gut Larchenhof de Colonia y el Golfclub Munchen Einchenried de Munich, que es precisamente la sede de esta edición. Es, además, el recorrido donde un jugador español, Pablo Larrazábal, suele brillar de un modo especial, único. A los hechos hay que remitirse.
El barcelonés ha ganado dos veces este torneo (2011 y 2015) y en ambas ocasiones fue en la sede de Munich. En 2011 lo hizo batiendo a Sergio García en un desempate memorable tras firmar ambos un resultado final de -16; y en 2015 lo consiguió viniendo desde atrás (partió el domingo a cinco golpes del líder, James Morrison) y en dura pugna final con el exigente resultado que Henrik Stenson había puesto ya en la casa club, para terminar ganando con -17.
Larrazábal debutó en Munich en 2008, donde ya destacó en las dos primeras jornadas, con sendas tarjetas de 69 golpes que lo metieron dentro del top-ten antes del fin de semana, aunque un terrorífico 82 el domingo lo alejaría de las primeras posiciones. Y ya en 2010, un año antes de su primer triunfo, acabó en tercera posición con un resultado de -16 en el mismo campo, registro igual o muy similar al que otros años le valió para ganar, a sólo dos golpes del ganador.
Curiosamente, en los años 2009 y 2013 no pasaría el corte en el Golf Club Munchen Einchenried, así que no todo son parabienes y alegría en el recorrido alemán. Sí parece muy claro que cuando llega en buena forma, se mete enseguida en la quiniela de los candidatos al triunfo. Y no llega en mal momento, a pesar de haber fallado el corte en su última aparición, el Nordea Masters, puesto que además de haber reconquistado una plaza en el top-100 del mundo, ahora mismo está situado en el puesto 16º de la Race to Dubai. Mucho ojo con Pablo, así pues, en Munich.