Paul Lawrie (-12) es el líder del Johnnie Walker en Gleneagles después de entregar un 67 y superar por un golpe a un inspiradísimo Romain Wattel (-11)…El francés había entregado una tarjeta de 63 casi tres horas antes de la llegada del escocés al último hoyo.
Nicolas Colsaerts (-6, vuelta de 71), por su parte, se ha quedado ligeramente retrasado respecto al líder y, además fuera del top-ten, por lo que son demasiados los jugadores que deberían fallar para que el belga consiguiese mañana ese anhelado triunfo que vale una Ryder. Necesitaría seguramente una vuelta explosiva, algo que por otro lado cuadra con su perfil de jugador. No ha dejado de estar ahí desde el jueves, en una primera o segunda fila, acechando, pero no está suelto. La presión aprieta.
Del mismo modo, Rafa Cabrera Bello (-7) tampoco quiere dar su brazo a torcer en el último asalto por la Ryder. El canario lo tiene aún más difícil, puesto que una victoria tampoco le asegura nada. Necesita ganar para hacer dudar a Olazábal y hoy, manos a la obra y pensando en ello, ha cazado la friolera de quince greenes. Pero no ha habido manera con el putt. Su vuelta de 69 golpes tiene un mérito indudable, pero quizá sea insuficiente.
Mañana, no obstante, es de los que saldrán con el cuchillo entre los dientes, a ver si Lawrie tiene el día tonto.
Jorge Campillo (-5) sólo había pasado dos cortes desde que asegurase su tarjeta para 2013 en el Open de España, allá por mayo. Pero el extremeño, a su aire y en sus tiempos, ha arrancado de nuevo la moto. Ahora mismo sólo seis puestos lo separan en la Race de la 60ª posición, que es su objetivo de aquí a final de año. Mañana tiene una buena oportunidad de acercarse. Pablo Larrazábal (-1, vuelta de 73) y José Manuel Lara (+6, vuelta de 79) no han podido ganar al campo.
