Jordan Spieth andaba aún saboreando su estreno en el desierto cuando Rory McIlroy ya le sacaba dos cuerpos de ventaja.
Rory se apoyó sobre sus rodillas a mitad de vuelta para tomar aire y apareció por detrás Stenson como una exhalación, despegando las pegatinas de su bolsa de palos.
Al bueno de Henrik le pillaron mirando a otro lado en su último hoyo y ahí fue donde se coló el joven amateur Bryson Dechambeau para salir el primero en la foto.
Así ha sido, a grandes rasgos, la puesta en escena de una primera vuelta de vértigo en el Abu Dhabi HSBC Golf Championship. Si esto era el ensayo general de la temporada, vayan cogiendo asiento de primera fila.
Ni minutos de tanteo, ni rodaje, ni gaitas. Acelerador a fondo y el de al lado que arree. Bryson Dechambeau (-8) es el primer líder de la Gira del Desierto; a un golpes está Henrik Stenson; a dos se encuentra Rory McIlroy; a cuatro Jordan Spieth; a cinco Martin Kaymer y a seis Rickie Fowler. Sólo por citar a los primeros espadas. Cuatro top ten mundiales había hoy en liza en la jornada matutina de Abu Dhabi y los cuatro han acabado el turno en el top 15.
Las condiciones de juego han sido excepcionales. No ha soplado viento y los greenes están preparados de manera suprema. Este cóctel, unido a la extraordinaria calidad de estos jugadores, ha propiciado unos resultados tan bajos que más de uno se pellizcaba al acabar su vuelta. Jugadores que terminaban con una tarjeta de PAR y una sonrisa en los labios se llevaban el chasco al comprobar la clasificación.
McIlroy ha demostrado que no anda para bromas en 2016. Su ronda hoy en Abu Dhabi ha sido un golpe sobre la mesa. No sólo porque ha hecho 66 golpes, sino por cómo los ha hecho. Su drive ha funcionado a las mil maravillas y ha firmado ocho birdies con dos tripateos por el camino. Ha transmitido la sensación de que puede volar aún más bajo, como si sólo hubiera mostrado un setenta por ciento de su fortaleza.
Jordan Spieth se ha sacado de la manga un 68 mágico. El texano ha sido el más irregular con diferencia de los de arriba. Su juego largo no ha estado fino y, aún así, hace cuatro menos en un recorrido muy exigente. ¿Alguien se lo explica? Su juego corto y su putt se encargan de todo. Son su ángel de la guarda, su número 111. Que la cosa pinta fea, hace una llamada y siempre están ahí al rescate. Hoy, 24 putts.
El mejor español en este arranque de infarto ha sido Pablo Larrazábal (-2). El español estaba sacando adelante una vuelta más que meritoria con cuatro birdies y ningún bogey, solventando cada pequeño problema que surgía a su paso, sin embargo, un mal golpe en el hoyo 9 (su último del día), su segundo tiro desde la arena, acababa en el agua, se traducía en doble bogey y le dejaba un evidente mal sabor de boca. Al contrario fue la vuelta de Alejandro Cañizares (-1), el otro español de la mañana que consiguió finalizar bajo par. Se cargó pronto con tres bogeys, fallando más de la cuenta desde el tee, pero tuvo la paciencia necesaria para darle la vuelta con cuatro birdies en los últimos once hoyos. Gran remada.
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