Justin Rose (-15) los sigue mirando a todos desde el estrado. Es el jefe. Probablemente lo sea de todo el golf mundial en estos momentos. Desde luego es el líder de la Final de Dubai después de entregar un 65 en la tercera jornada y, por tanto, ahora mismo sería también el millonario ganador de la Race.
No obstante, el maravilloso guión de esta semana parece escrito por un lunático, un iluminado bendito, porque da la casualidad de que Tommy Fleetwood (-13) también va a luchar mañana por ganar el torneo (hoy, otra vuelta de 65), que es la mejor manera de defender el liderato en el ranking tal y como anda Rose, después de sumar hasta cinco birdies en los últimos seis hoyos.
Vertiginosa jornada de sábado en el Earth course del Jumeirah Golf Estates, con un ritmo de birdies muy exigente. No ha sido pues tan extraño que Rafa Cabrera Bello (-8) firmara un 66, seis menos en el día, y sólo ganara ocho puestos; o que Sergio García entregara un 67 y avanzara sólo dos posiciones…
Rose soltaba ligeramente la correa llevando la bola al agua con el segundo tiro en el par 5 del 18 (de todos modos, salvaba el par), uno de sus pocos errores flagrantes en 54 hoyos, y saldrá mañana en el partido estelar junto a un brillante Dylan Frittelli (-14), que hoy ha sumado más birdies (9) que en los 36 hoyos anteriores (vuelta de 63).
Tampoco parece que Jon Rahm (-14) necesite los favores de Rose ni de nadie para ponerse mirando una vez más de cara al triunfo. El de Barrika comenzaba con bogey, de acuerdo, pero a continuación tejía con paciencia y remataba una excelente vuelta con ocho birdies que bien pudieron ser al menos dos o tres más. Los mereció en el tramo que va del hoyo 10 al 14, donde se tenía que conformar con cinco pares consecutivos después de jugar hoyos de manual y pegar tiros muy buenos y precisos. Sigue enchufándole muy bien al drive, sigue pateando de modo notable, y sin embargo todavía da la sensación de que tiene una carta bajo la manga, una última marcha por meter, una varita mágica por desenfundar…
Sea como sea, ahí está el joven vasco. A las primeras de cambio, en su estreno, luchando por la Final del circuito hasta la última jornada, veremos incluso si hasta el último hoyo. Tan solo dos españoles atesoran el triunfo en este preciado torneo (Miguel Ángel Jiménez lo ganó en 1999 en Montecastillo y Álvaro Quirós en 2011, aquí en Dubai), y afortunadamente Jon Rahm parece llamado a igualar o superar todos los récords de nuestro golf. Así que, ¿por qué no esperar que gane en su primer intento?
Sergio va a salir a cinco golpes de la cabeza en la jornada definitiva y sus opciones de victoria están demasiado ajustadas, más que nada porque además tiene por delante a muchos y excelentes jugadores. Tal y como anda el campo y si no se levanta el viento digamos que un 63, por decir algo, podría abrirle las puertas. Es mucho decir, pero no es imposible en el Earth course y el juego largo del de Borriol ha estado a la altura de los mejores esta semana. Está muy metido y tiene ganas de pelea, ojo con él. Sus opciones de ganar la Race pasan por una machada de altura, pero en todo caso la sobresaliente posición de Rose y Fleetwood en la clasificación casi le dejan en fuera de juego.
Cabrera Bello quizá no pueda ya ganar, pero al menos ha ampliado el horizonte con una gran jornada de golf. El canario ahora aspira a meterse como mínimo en el top-ten, viniendo desde atrás, quien sabe si algo más si le sale la ronda de la semana. Adrián Otaegui (-6) entregaba una tarjeta de 70 golpes y tampoco parece que le haya salido todavía su mejor ronda de la semana, mientras que Pablo Larrazábal (-3) perdía hoy muchas posiciones tras jugar una vuelta muy irregular, con una actuación realmente dañina, desafortunada y pobre en los pares 5 (parcial de +3 en estos hoyos).
