Jon Rahm ya ha hecho examen de conciencia de lo que ocurrió en el US Open de Shinnecock Hills y tiene un veredicto. Ha sido un análisis profundo y sincero, poniéndose delante del espejo, como siempre hace el de Barrika junto a su equipo de trabajo. Ha mantenido una interesante conversación con Joseba del Carmen, su coach mental, y ha llegado a la conclusión de que en Long Island no fue fiel a sí mismo y lo acabó pagando caro.
“La base de todo es muy simple: no volveré a jugar un torneo intentando ser quien no soy”
“La base de todo es muy simple: no volveré a jugar un torneo intentando ser quien no soy”, sentencia en declaraciones a Ten Golf y El Correo. Se refiere a su comportamiento en el campo. Rahm recordó lo que ocurrió el año anterior en Erin Hills, una actitud por la que incluso llegó a pedir perdón en las semanas posteriores. No quería que pasara lo mismo, pero se fue al otro extremo. Forzó tanto la máquina en no hacer ningún gesto que pudiera ser calificado por los demás como negativo, que se acabó traicionando a sí mismo y a su manera de jugar al golf. “No era yo”, asegura. Se había convertido en lo que los demás querían que fuera.
Jon no se engaña. Sabe que no lo hizo bien en Erin Hills y se arrepintió de ello en su día, pero en esta ocasión, un año después, se ha ido al otro extremo. Ha estado tan pendiente de ese tema que incluso le afectó al juego en Shinnecock, siendo mucho más conservador de lo que habitualmente es. “No fui yo, así de simple”, insiste.
Así las cosas, la clave ahora es encontrar el punto intermedio, algo que tampoco tiene por qué ser difícil, ya que Rahm lo ha conseguido en la mayoría de las semanas entre ambos US Open. “Quiero que se vea al Jon de Irlanda o de Dubai, mucho más centrado en mí mismo, en el juego y no en lo que pensarán los demás”, asegura. Entonces, la pregunta del millón: ¿Qué Jon vamos a ver en Francia? “El de siempre, el que sólo piensa en ganar desde el tee del 1”, responde.
“En Francia veremos al Jon de siempre, el que sólo piensa en ganar desde el tee del 1”
En cuanto al campo del Open de Francia, aunque aún no lo ha podido jugar entero este año, asegura que se siente cómodo. “Me gustan estos campos que te obligan a pensar y en los que tienes que utilizar todos los palos de la bolsa. Hay que jugar más al golf y me divierte. Incluso sin jugar tu mejor golf tienen oportunidades de llevarte la victoria”, señala.
