No es que Jorge Campillo (-8, hoy vuelta de 68), Nacho Elvira (-7, vuelta de 68), Alfredo García Heredia (-6, vuelta de 69) y mucho menos Alejandro Cañizares (-8, vuelta de 65) no hayan estado hoy bien, e incluso muy bien, en la segunda jornada del Steyn City Championship. Nada de eso. El problema es que para acceder o mantenerse hoy en el top 20 del torneo (ni siquiera estamos hablando del top 10…) había que estar de Matrícula de Honor, sencillamente. Todo lo que no fuera un 67 en la parte alta de la tabla no te permitía ganar posiciones y, lo que es más, te alejaba desesperadamente de la cabeza.
La prueba es que ninguno de los jugadores españoles, con tales registros, se ha metido siquiera en los últimos partidos del sábado. Salvo que las condiciones de juego cambien mucho (ojo, ya ocurrió la semana pasada, también en tierras sudafricanas), da la total y absoluta sensación de que esta semana, en el The Club at Steyn City, todo lo que no sea una media de seis menos cada día te alejará irremisiblemente de cualquier opción de victoria.
El listón en cabeza, de hecho, está ahora mismo mucho más alto, puesto que el apabullante líder, Shaun Norris (-18), firmaba hoy un 62 y su media en las dos primeras jornadas es de nueve menos… A tres golpes de diferencia está situado James Hart Du Preez (-15) y a cinco se sitúa ya Dean Burmester (-13), un trío de grandes pegadores sudafricanos (el campo es muy ancho y muy largo, el sueño de los bombarderos) a los que hay que conceder ya mismo un elevado tanto por ciento de posibilidades de victoria.
En este grupo de españoles que todavía buscará durante el fin de semana el violento cambio de ‘ritmo anotador’ obligatorio para arrimarse a la zona caliente, faltan Pablo Larrazábal (-2) y Santi Tarrio (-2), que se han quedado fuera del corte. El barcelonés, flamante ganador el pasado domingo, erraba un putt más bien corto en el hoyo 13 para ponerse -8, con hoyos por delante para mantener viva y al alza la remontada, pero cerraba la vuelta de un modo muy accidentado, encadenando un bogey y dos dobles bogeys.
Norris, el líder, acumula 36 hoyos sin bogey y, tal y como dicta la aritmética, convierte en birdie la mitad exacta de hoyos que juega, una media que obviamente no podrá mantener durante el fin de semana (más le vale al resto que así sea). Burmester, por su parte, disparaba sus opciones con sendos eagles consecutivos en los hoyos 10 y 11 (par 5 y par 4 corto). Ambos, por cierto, llegaban a esta cita como los dos mejores clasificados en el ranking mundial. Cuestión de galones. Y de mucha pegada.
