Inicio Grandes Circuitos DP World Tour Pablo Martín: un retorno seguro, sin prisa y sin pausa

Pablo Martín: un retorno seguro, sin prisa y sin pausa

Compartir

Pablo Martin Benavides (Málaga, 1986)  ha protagonizado puntuales buenos momentos esta temporada. Dos semanas notables en Sudáfrica y Rusia, un buen puñado de vueltas con registros más que significativos y, en definitiva, un bagaje más que aceptable para un jugador que sólo ha podido jugar nueve torneos del European Tour.

Hay datos concretos, estadísticos, que llaman al optimismo y que ayudan a concluir que su nivel de juego y consistencia está incluso por encima de los resultados. El andaluz arroja ahora mismo una media de 70,48 golpes en las 31 vueltas que ha jugado en esta temporada, un registro realmente sólido que lo sitúa a día de hoy en el puesto 22º en esta estadística del circuito europeo. Lógicamente, cuantos más torneos y vueltas se juegan, más complicado es mantener una media baja de golpes, pero esos nueve torneos y 31 vueltas sirven en cualquier caso como una muestra fidedigna de su recuperación. Esa media de 70,48 es, por otra parte, la mejor con mucha diferencia que ha arrojado nunca Martín en el circuito europeo, y estamos hablando de un triple ganador. Si añadiésemos el único torneo del Challenge que ha disputado (Challenge de Madrid, donde terminó vigésimo), la media se iría a 70,37, aún mejor.

Hay que pensar que Pablo Martín llegó a navegar casi a la deriva en un mar de dudas técnicas y casi de todo tipo, protagonizando un proceso de retroceso que por otro lado es absolutamente habitual en el golf profesional. Son muchos los jugadores que pasan por semejante travesía, árida como pocas. Por eso, los fríos números, una vez más, hablan de una evolución clara y potente: en 2015 su peor resultado ha sido un 74, mientras que en 2014, jugando prácticamente el mismo número de torneos, hasta en diez ocasiones firmó un resultado igual o mucho peor.

Hasta aquí, los números. Pero hay más. Hechos y situaciones que aún tienen más importancia, sobre todo a medio y largo plazo: lo que está pasando por su cabeza, el enfoque que le está dando a su profesión, sus vivencias…

Y es el propio jugador quien lo describe a Tengolf de un modo diáfano: «estoy disfrutando del golf como nunca lo había hecho antes y cada vez creo más en mis habilidades. Después de seis meses sin tocar un palo, el día en que decides volver te preguntas: ¿y ahora qué tengo que hacer para hacer pocos golpes regularmente? Empiezas a encontrar respuestas y entonces comienza un proceso que es un disfrute total. Es lo bonito del golf: es un puzzle con muchas piezas, muchísimas, más que en cualquier otro deporte o juego. Pero no hay nada como descifrar un puzzle gigante. Mientras más piezas, más satisfacción».