Peter Hanson (-6) se ha llevado contra viento y marea el Iberdrola Open Cala Millor Mallorca, venciendo finalmente en el primer hoyo de desempate a Alejandro Cañizares (-6). Ellos dos han sido los dos mejores el domingo, con sendas tarjetas de 66 golpes, de entre quienes se jugaban el triunfo. Por caminos y vías distintas, pero lo mejores…
Hanson, por ejemplo, ha llegado a ese registro gracias sobre todo a su putt, inconmensurable, matador, bestial. En el hoyo 1 ya embocaba para birdie un tiro de unos cinco metros. Era sólo un anuncio, algo así como una premonición. Porque en el 5 repetía desde unos siete metros, en el 10 embocaba un putt diabólico de unos ocho metros, en el 14 lo hacía cuesta abajo para bogey desde seis metros, después de haber perdido bola con el segundo tiro.
Y seguimos, no crean que no: en el 15 embocaba desde unos cinco o seis metros y en el 17… En el 17 no había que ser adivino para pensar que el torneo estaba para él, porque la metía desde unos quince metros, pegando un leñazo muy certero, pero muy fuerte, que rebotaba en el ‘tablero’ del hoyo y volvía a caer dentro. Por si fuera poco, en el hoyo de desempate dejaba dado el par tras patear de nuevo desde unos quince metros. En total, y por ponerle nombre a la gesta, unos 50 metros atómicos de putts embocados en greenes tan movidos como los de Pula. Irresistible.
Entre medias, además, tenía lugar la jugada de la semana. En la puesta en acción de un chipecito pegado al green del hoyo 12, Hanson golpeaba dos veces a la bola. De un modo casi imperceptible, pero indudable para el ojo de la cámara superlenta, que cazó la infracción. Así lo vivió el sueco: “John Paramor (Jefe de Árbitros del circuito europeo) se me acercó en el hoyo 14 para decirme que luego tendríamos que ver las imágenes en TV. Eso me sacó un poco de juego e hice bogey. Después, en el 15, volvió a hablar de nuevo conmigo para confirmarme la penalidad. Hicieron muy bien en notificármelo en ese momento, porque cuando ví que Alejandro estaba con -6 sabía lo que tenía que hacer. Es increíble haber ganado, sobre todo después de esto que ha ocurrido”.
Cañizares, por su parte, fue un pedazo de mármol. Ahí está su tarjeta sin errores. “Una maquinita que no falla” le llamó Fernandez Castaño en la víspera refiriéndose a sus posibilidades. Y una maquinita ha sido. Recto, seguro y templado. En el Open de España se quedó a un golpe del desempate; éste ya lo ha jugado y, de paso, se ha metido en Wentworth la semana que viene. Allí se medirá a los mejores y llamará a la puerta de su exclusivo club. Sin duda, parece más que preparado para entrar. En el hoyo de play-off, terrible circunstancia, firmaba su primer y único bogey del día tras fallar un putt corto, pero muy complicado, con mucha caída.
“He jugado muy bien. En estas últimas semanas he recuperado confianza, pero me ha faltado saber estar en el play-off. El putt decisivo lo he jugado mal, típico de la inexperiencia, pero al menos he cogido experiencia para próximas ocasiones. Mi padre siempre me lo decía: no tengas miedo en los play-off… No es el primero que juego; al poco de hacerme profesional jugué con mi padre el Dobles de Andalucía y ganamos en el desempate a Miguel Ángel Jiménez y Andrés Jiménez, ahí no me tembló la mano”, explicaba este madrileño de nacimiento, pero andaluz de sentimiento (y que nadie le lleva la contraria en eso…).
El resto de españoles con opciones fueron quedándose por el camino. Gonzalo Fernández Castaño (PAR), por ejemplo, ha sufrido un suplicio con los putts cortos. Concretamente con cuatro putts errados de alrededor de un metro. Comenzaba bloqueado (bogeys al 2 y el 3), pero enseguida reaccionaba con magníficos birdies al 4, 5 y 7, recuperando las sensaciones y el poderío de días anteriores. A partir de ahí, el infierno en los greenes… “He pateado muy mal. He salido un poco nervioso y me he repuesto bien. Después he fallado cuatro putts muy cortos que han terminado afectando al resto del juego. Así no se puede ganar; con el putt así es imposible”, confesaba.
José Manuel Lara (+4) entregaba la cuchara con un doble bogey en el hoyo 12. Hasta ahí tuvo opciones. Remotas, pero opciones al fin y al cabo. Santi Luna (+4) había pagado el peaje un poco antes (doble bogey al 9), tras un comienzo esperanzador con birdies al 5 y al 7.
