John Daly impresiona. Siempre impresiona. Da igual que tenga 49 años, no importa que ocupe el puesto 914º en el ranking mundial, qué más da si suma apenas un top ten en los últimos tres años o si desde 2013 apenas ha pasado once cortes. Poco importan los números cuando hablamos de un golfista tan carismático, de un jugador tan especial. Es imposible pasar junto a Daly en un campo de prácticas y no quedarse un buen rato mirándolo. La tentación es irresistible.
Su swing es inimitable, a dios gracias, porque parece de ciencia ficción hasta donde lleva el palo. Su estilo, «grip it and rip it» (algo así como coge el palo y reviéntalo) es inconfundible.
John Daly está en Qatar para participar desde este miércoles en el Commercial Bank Qatar Masters. No compite desde el BMW Masters de Shanghai, tercer torneo de las Series Finales del European Tour del año pasado, donde pasó el corte y acabó en el puesto 46º. Han pasado más de dos meses desde entonces y es imposible predecir qué puede hacer el gigantón norteamericano esta semana. En los dos últimos años ha jugado 34 torneos y ha pasado catorce cortes. Su mejor resultado en este tiempo fue un décimo puesto en el Puerto Rico Open del PGA Tour el año pasado. Quién sabe…
Haga lo que haga, siempre será aquel chico rubio desgarbado que sorprendió al mundo a principios de los noventa con su golf extraordinario, con ese swing natural que parece salido de las mismas entrañas, aquel chico que ganó dos majors (PGA Championship 1991 y Open Championship 1995) y seis torneos del PGA Tour. Aquel chico está en Doha y siempre es una experiencia verlo en directo. Aquí os dejamos su swing, a cámara lenta (aunque a veces no lo parezca por lo rápido que lo hace), cazado esta misma mañana en el campo de prácticas de Qatar.
