El inglés Daniel Brooks (-11) ha entrado en una dimensión nueva: después de haber estado trece torneos consecutivos sin pasar el corte antes del Open de Francia, hoy es el líder destacado del Abierto de Escocia tras unir al 64 del jueves un 65 este viernes, no menos espléndido. Son las cosas de Brooks: en toda su trayectoria en el circuito europeo sólo una vez acabó un torneo entre los diez primeros, pero fue para ganar en Madeira el año pasado…
Por detrás de él, no obstante, se ha organizado la marimorena, porque en un margen de seis golpes se apretujan 82 jugadores. Todos los que han pasado el corte, para ser más exactos. Esto es, en realidad nadie ha perdido ya todas sus opciones de victoria. Todos contra Brooks. Sólo hace falta que se ponga a soplar el viento sobre el Gullane Golf Club, porque de momento el bello campo de East Lothian no ha contado apenas con la ayuda de este habitual aliado. «No parece Escocia», señalaba Miguel Ángel Jiménez (-6) después de entregar un 65.
Al malagueño se le ha puesto en los ojos ese brillo-links y está dispuesto para la batalla.
Aunque el español mejor colocado a las puertas del fin de semana vuelve a ser Rafael Cabrera Bello (-7). Afortunadamente, no se puede ser más pesado que el canario. Ni se puede aprovechar mejor y estirar más un buen momento de forma. O quizá sí se puede: rematando al fin con un triunfo en el hoyo 72. No sería lógico (ni justo), por otro lado, que todo este despliegue, este esfuerzo, termine convirtiéndose en algo así como un ‘síndrome del fin de semana’, porque su serie de resultados en el último mes y medio es impresionante de todos modos. Y ni falló todos los sábados, ni tampoco todos los domingos… Sea como sea, resulta emocionante verlo de nuevo en la pelea, percutiendo sin desmayo, y nos consta que está trabajando este aspecto mental (por desgracia, no hay recetas mágicas). Quizá sólo se trate de disfrutar de verdad el momento y la situación y mañana sábado, de entrada, tiene un precioso partido junto a Graeme McDowell. Como para no disfrutarlo.
La Armada casi hace pleno. Tan sólo ha fallado el corte Alejandro Cañizares, precisamente uno de los mejores en la primera jornada. Extraño rebote del andaluz, teniendo en cuenta su consistencia en este tipo de situaciones, así que toca cruzar los dedos para que no se trate de una lesión.
Muy buen trabajo de Pedro Oriol (-4) y Jordi García Pinto (-4), con vueltas resueltas con pericia alrededor de los greenes, especialmente el madrileño: 13/16 recuperaciones. García Pinto es el Rey del Par de estas dos primeras rondas: hasta treinta hoyos ha empatado con el campo, lo que por otro lado es síntoma de orden y control. Y sobre todo, muestra sobresaliente de concentración.
Adrián Otaegui (-3) ha sufrido mucho desde el tee, pero conseguía salvar los muebles. Pablo Larrazábal (-3) y Eduardo de la Riva (-2) reaccionaban con brío y sendas vueltas de 66 golpes, magníficas. Y Jorge Campillo (-2) protagonizaba la remontada de la jornada, firmando tres birdies en los últimos cuatro hoyos para pasar justito el corte. Necesitaba el birdie en el 18, lo sabía, tenía un putt de dos metros y medio y no le tembló el pulso.
