Rafa Cabrera Bello (-3) ha tenido un notable arranque de año en Abu Dhabi. Ha firmado una tarjeta de 69 golpes en el Yas Links y ya se ha metido en la zona noble de la clasificación, a un salto del top ten y a tres golpes de la segunda plaza. Una buena puesta en escena del canario, aunque quizá, más allá del resultado lo importante es que ha superado dos tests que tenía marcados en rojo antes de empezar este Abu Dhabi HSBC Championship.
El líder destacado del torneo una vez acabado el turno matutino de juego en Yas Island es Scott Jamieson (-9). Vuelta para enmarcar del veterano golfista escocés. Nueve birdies y cero bogeys. Un día divertido. Es quien mejor ha sabido aprovechar las buenas condiciones de juego que hemos tenido esta mañana en Abu Dhabi. Las tres primeras horas de juego han sido de calma total y poco a poco se ha ido levantando el viento y el asunto se ha ido poniendo más picante. Jamieson ha dado primero. No será fácil que nadie llegue a ese nueve bajo par por la tarde.
En la segunda plaza, a tres golpes de Jamieson, se encuentran James Morrison, Victor Perez y Tyrrell Hatton, que ha cumplido con lo que dijo días atrás. Tiene ganas de sacarse la espina del año pasado, especialmente de la segunda mitad de la temporada. Así se empieza. Vuelta sin bogeys y sin sufrir demasiado. No olvidemos, además, que Hatton es el defensor del título en Abu Dhabi, aunque fuera en el otro campo.
Como decíamos, Rafa ha pasado hoy dos pruebas importantes. La primera tiene que ver con lo material y tangible. Concretamente, con el equipamiento. Prácticamente por primera vez en su vida, al menos hace tantos años que ni siquiera a él le alcanza la memoria, el golfista de Maspalomas ha decidido cambiar de modelo de hierros.
Rafa era de los de la antigua usanza. Siempre ha llevado los hierros-cuchilla, esos ‘forged’ de Titleist muy complicados de domar y que dan miedo sólo con verlos en manos no muy entrenadas. Sin embargo, este invierno ha decidido darle una oportunidad a un modelo de hierros que perdonan más los malos golpes. No transmiten las mismas buenas sensaciones, ese placer casi único que se produce al empalar la bola, pero es menos dañino con el fallo.
El cambio viene motivado por el momento en el que se encuentra el vigente campeón del Open de España. Está jugando bien, pero no siente la dulzura de antaño con los hierros. Sigue pegando grandes golpes, sólo faltaba, pero algunos no son tan perfectos y, de este modo, quiere perdonarse un poco más. Poder jugar con la tranquilidad de saber que cuando no empala la bola, el resultado no es terrible.
Rafa estaba satisfecho con la primera prueba en competición de los nuevos hierros. No ha empezado pegando muy bien en sus primeros nueve hoyos, del 10 al 18, pero ha ido mejorando y ha acabado con algunos tiros muy buenos como en el 8, un duro par 3 donde apenas le ha faltado un palmo para dejarla al lado de la bandera, y en el 9, donde se dejaba una buena oportunidad de birdie de menos de dos metros que se le ha escapado.
El otro test que ha superado Rafa tiene que ver más con la parte emocional y mental del juego. El canario se había puesto la tarea de no pensar en la técnica durante la vuelta y, sobre todo, no tener dudas con los golpes. Operación máximo compromiso, se podría llamar. Y lo ha conseguido. Habrá pegado mejores y peores golpes, pero ha conseguido hacerlo con seguridad, sin nubes negras de desconfianza.
Pablo Larrazábal (-2) también ha empezado con buen pie la temporada. Se ha sobrepuesto a un bogey inicial con una buena ronda de golf donde ha disfrutado a los mandos del nuevo driver Callaway Rogue. Quizá lo más importante es que finalmente ha podido jugar con sus palos. Le llegaron ayer miércoles por la mañana, de modo que ya pudo jugar el ProAm con ellos.
Más allá de los españoles, destaca el discreto resultado de par de Rory McIlroy, así como el -2 de Adam Scott y los -3 de Robert MacIntyre y Bernd Wiesberger.
