Lee Westwood (-15) es el nuevo líder del Dubai Desert Classic tras entregar la segunda mejor tarjeta del día, en una tercera jornada en la que Rafael Cabrera Bello (-14) ha pasado con muy buena nota un complicado examen…
El inglés ha dado una exhibición por momentos con los hierros, y hay que anotar además que los greenes estaban un poco más duros que en jornadas anteriores. El viento, en efecto, ha aparecido, pero realmente no ha llegado a soplar demasiado. Veremos si mañana se enfada de verdad.
Cabrera Bello ha transmitido unas excelentes sensaciones de tee a green, ganándole claramente la partida en este sentido a sus dos ilustres compañeros de partido estelar, McIlroy y Bjorn. Ha sido un portento de fiabilidad y de ritmo. Y no es sencillo mantener en su sitio las pulsaciones jugando, por ejemplo, junto al Número 2 del mundo. Ha cazado de segundo tiro los greenes de los tres pares 5 de la segunda vuelta, jugándose el tipo en el 18. Así que tampoco le ha faltado arrojo.
Pero el canario ha sumado 35 putts. Le ha faltado ese plus de brillantez, pero hay que reconocer que ha cumplido sobrado con su palabra. Dijo que a él le gusta verse en situaciones como la de hoy y desde luego ha demostrado que da la talla con suficiencia. Que lo disfruta y que no se arruga.
Tampoco hay que volverse loco, es cierto. Al fin y al cabo el español, a sus 27 años, ya tiene cierta experiencia en el circuito y no es cosa de ponerse a temblar cuando te ves junto a un par de 'cracks', con los que por otro lado convives unas cuantas semanas a lo largo del año. Pero no dejan de ser pistas interesantes del perfil de un profesional. Queda claro también que no es lo mismo coincidir en el campo de prácticas o en el vestuario que sobre el tee del 1.
Hace un par de meses, durante la Final de la Race to Dubai de 2011, Cabrera Bello coincidía con Ernie Els en la última ronda. Y el español le preguntaba a 'Big Easy' cuál era el secreto para dar ese salto definitivo que lo mete a uno entre los sesenta o cincuenta mejores del mundo. Els le dijo que, según lo que estaba viendo, tenía juego de sobra para lograrlo. Y que después de rondarlo un tiempo, llegaba un momento en el que las piezas cuadraban en tu cabeza y uno se veía cómodo ahí, en su sitio, con los mejores.
Pues bien, son jornadas como la de hoy (y como la de mañana, sobre todo) las que, quizá, ayudan a ordenar las ideas, a ensamblar las piezas del modo correcto. Las que provocan ese chispazo, ese bendito pellizco. Porque el juego está ahí. Ernie dixit.
Kaymer (-13), McIlroy (-13) o Bjorn (-12, tras un final muy negativo con tres bogeys), además de otro buen puñado de aspirantes que han copado los dos últimos partidos del domingo (Gallacher, Siem, Jamieson, Sjoholm…), aún tienen mucho que decir. Nos espera una fabulosa jornada dominical. Y, como casi siempre, no vamos a hacerle ascos a ese chorrito de vinagre que el viento vierta sobre el Emirates Golf Club para aderezar el plato…
