No se puede hacer mucho mejor. El acumulado de -4 de Rafa Cabrera Bello es un señor pelotazo, si tenemos en cuenta las condiciones en las que ha jugado el canario las dos primeras rondas. Mucho viento el jueves y más de lo mismo el viernes, con el agravante de que venía más racheado, a latigazos imprevisibles, y además cambiante. Lo mismo puede decirse de Martin Kaymer, que ha firmado las mismas tarjetas (71 y 69) que Rafa. Ambos han sido los mejores de su turno de juego y hay que contar con ellos para el fin de semana, tal y como han rendido. Si hacen falta más pruebas de su meritoria actuación basta con repasar los resultados de los ilustres jugadores que acompañaban a ambos: Lee Westwood (+2), Jeunghun Wang (+3), Tommy Fleetwood (+4) y Andy Sullivan (+6)…
Para jornadas de este tipo, tan puñeteras y traicioneras, no hay mejor remedio que la paciencia. Rafa nunca ha ido mal surtido de ella, pero es que hoy en día, además, la confianza en sus posibilidades hace de su burbuja un feudo inexpugnable, incluso cuando los resultados no terminan de salir algún día, lo que es el pan nuestro de cada día en golf.
Pablo Larrazabal (+5) también pasa por un buen momento en su carrera, pero lo de hoy ha sido poco menos que un infierno para el barcelonés . Ha firmado un 78 aniquilador, pero por momentos, pueden creerlo o no, estaba jugando un golf fantástico, dejándose ocasiones de birdie a espuertas: una muy corta en el 17, otra de eagle en el 18 desde unos tres metros, otra más que razonable en el hoyo 1, una muy corta también en el hoyo 2, volvía a patear para eagle en el 3 y hacía tres putts… Y en el hoyo 5, fallaba la calle unos cuatro metros a la izquierda y la bola se quedaba enredada en una palmera. Aquello iba a terminar en un cuádruple bogey mortal, después de irse al agua con la segunda bola, que ya no podría remontar. Demasiado castigo para la sesera.
Adrián Otaegui (+1) ha pasado el segundo corte de su carrera en la Gira del Desierto, unos torneos que hasta la fecha no se le han dado nada bien, contrariamente a la tendencia que suele darse en la Armada. Quizá sea el comienzo de una bella historia… Eduardo de la Riva (+2), por su parte, aguantaba el tirón caminando con garbo por el alambre: los segundos nueve hoyos de Emirates los pasaba con tres birdies, tres bogeys y solo tres pares. Muy en la línea de inestabilidad que marcaba el día. El catalán tendrá que esperar a ver si entra el corte, aunque su registro va poco a poco ganando posiciones.
