Inicio Grandes Circuitos DP World Tour Rafa no vence, pero vaya si convence

Rafa no vence, pero vaya si convence

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Danny Willet (-19) le ha ganado por la mano el Omega Dubai Desert Classic a Andy Sullivan (-18) y Rafael Cabrera Bello (-18) en una apasionante cuarta jornada en el Emirates Golf Club. No ha habido victoria española, es verdad, pero eso no quita para que el espléndido recorrido dubaití pueda ser considerado de nuevo como un reconstituyente para la Armada. El segundo puesto del canario, el cuarto de Álvaro Quirós y el octavo de Alejandro Cañizares lo confirman.

El resultado de Rafa en Dubai ha sido el mismo que el de Qatar, pero si hace una semana ya podía hablarse de una notable evolución en la manera de afrontar las últimas vueltas cuando llega bien colocado tras las dos primeras rondas, con mayor confianza en sus posibilidades, en esta ocasión habría que puntualizar para referirse a un rotundo apuntalamiento de esa sensación, de esa realidad. Cabrera Bello llegó de una manera y con unas expectativas a esta Gira del Desierto y se marcha siendo un jugador distinto. Tres o cuatro escalones por encima. Más completo.

Por supuesto, ello ni significa que siempre vaya a responder de la mejor manera cuando se ponga de nuevo mirando al triunfo, porque el golf es un continuo ir y venir. Y además todavía le falta cuadrar el rompecabezas para cantar su tercera victoria. Pero si de Irlanda, Austria y Francia se marchó con un rictus amargo el año pasado, no se puede decir lo mismo ni por asomo de Doha y Dubai. Ni siquiera de Abu Dhabi. Hoy se puede afirmar con menos recato que nunca que ahí hay un top-50 mundial con todas las de la ley y por mucho tiempo, a poco que se ordenen tres detalles y la moneda salga cara.

Es cierto que hoy no ha estado tan sembrado en los greenes, pero casi era imposible igualar o mejorar el nivel de anteriores jornadas. Es posible, como él reconoce, que le haya faltado una pizca de agresividad con el putt en las manos por los primeros nueve hoyos, pero nada que verdaderamente llame la atención, que haga torcer el gesto. El resultado de todo ello era un tardío arranque de su vuelta. Sin embargo, cuando más apretado andaba, cuando realmente el margen de maniobra comenzaba a ser angustioso, Rafa aún mostraba un postrero y poderoso cambio de marcha. Y eso que no embocaba el putt de birdie desde unos tres metros en el 16 después de haber jugado un hoyo modélico…

Se la jugó en el 18, par 5, yendo a por el green de dos pegando su madera 5 a una bandera tan ajustada al lago. Apostó a ganador y aún estuvo a punto de firmar, en efecto, un eagle cuyo efecto en Willett podía haber sido devastador. El inglés, muy lúcido con el putter durante buena parte de la vuelta, venía sufriendo con mayor evidencia los rigores de la presión y, sobre todo, la ofensiva final del español, que anduvo también muy cerca del birdie en los hoyos 14 y 15 (aquí el canario dibujó un purazo magnífico que recordó al festival de putt largo del viernes, aunque este lamió el borde el hoyo). Una vez que Rafa no hizo el eagle, y con el desempata asegurado, Willett tiró con mucha confianza el putt de birdie final que le daba la victoria.

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