Rory McIlroy (-8) ha añadido este domingo otra dolorosa derrota a su carrera. No ha sido el US Open de Pinehurst, ni mucho menos, pero sí es de las escuecen. Porque ha sido en su casa, Irlanda del Norte, porque ha dominado la jornada de cabo a rabo hasta los cuatro últimos hoyos y porque realmente no se puede decir que lo haya perdido, sino que Rasmus Hojgaard (-9) le ha robado la cartera con un final estratosférico donde ha pegado golpes extraordinarios y también ha tenido su punto de suerte. El golf sigue siendo cruel con el de Holywood.
Realmente, el Amgen Irish Open se ha decidido en los cuatro últimos hoyos del excepcional Royal County Down. Hoy las condiciones han sido mucho mejores que ayer, menos viento, pero eso no significa que el campo sea fácil. Lo único es que te deja más margen para hacer birdies, pero las tragedias aguardan en cada esquina. McIlroy tenía el torneo bajo control. Ha jugado con cabeza, acierto y hasta suficiencia. Arrancó con dos birdies, marcando terreno, dejando claro que no iba a permitir sublevaciones. A partir de ahí, orden y concierto, sin arriesgar más de lo debido. Cometió un bogey en el 7 y dejó escapar dos opciones de birdie muy claras en el 8 y en el 9. Con el periódico del lunes, bien podríamos decir que ahí se le fue el torneo, en esa diferencia de uno, dos o incluso tres golpes, pero realmente nunca ha parecido que la victoria estuviera en peligro…
Nunca, hasta la irrupción sublime de Rasmus Hojgaard. Algo había apuntado ya el danés en el hoyo 10, par 3, cuando embocó para birdie un approach desde una posición muy delicada. La bola estaba bien colocada, pero en el rough, con el green recibiendo cuesta abajo. Dejarse un putt de par de unos tres metros ya era un éxito. Y por ese camino iba su bola hasta que chocó con el mástil de la bandera y cayó hacia el hoyo. Dos golpes menos de una tacada. Pese a todo, ahí aún estaba a tres golpes de Rory. Aquello, aunque en ese momento no se sabía, era un aviso.
A partir de ese momento, su parcial ha sido de cuatro bajo par. Ha hecho un birdie de libro en el 12, otro muy bueno en el 14 y tres de una tacada en los hoyos 16, 17 y 18 para dejar casi sin respuesta, y sin aliento, a Rory. No hay un pero que poner en los hoyos 16 y 18, pero el birdie del 17 sí que se ha aliado con la diosa fortuna. Su segundo tiro ha salido descontrolado y su destino era largo de green, quién sabe si incluso a los arbustos. Iba muy fuerte. Sin embargo, se ha encontrado con el búnker. La sacada no era fácil, de nuevo recibiendo cuesta abajo y con la bandera más bien corta, pero lo ha vuelto a hacer. La bola ha salido en línea a la bandera, viva, se pasaba sus dos metros y pico, pero ha chocado con el mástil y ha caído a plomo al hoyo. Golpe de suerte.
Rory ha jugado los últimos cuatro hoyos sabiendo que Rasmus se le había subido ya a la chepa. Matteo Manassero (-7) es el que ha estado más cerca de McIlroy todo el día, pero no ha encontrado el cambio de marcha necesario y ha terminado tercero en solitario. Pocas pegas que ponerle. McIlroy ha estado irregular en ese tramo final. Muy Rorylandia. Ha hecho dos bogeys en el 15 y 17 con dos buenas salidas, desde posiciones perfectas. En el 15 falló el segundo golpe y no hizo la recuperación y en el 17 firmó un tripateo que no aparecía en ninguna hoja de ruta. Se le fue la mano con el de birdie y erró el de vuelta. Después, gran birdie en el 16, impecable, y un hoyo 18 sensacional, gran salida, segundo golpe supremo y putt de eagle para empatar que rozó el hoyo por el borde alto…De nuevo, a las puertas de la victoria.
Rasmus pega un sonoro golpe sobre la mesa con esta victoria. Ese golpe sobre la mesa que llevaba tiempo buscando. Le gana a McIlroy en el mano a mano y en su casa, en un escenario de Major como Royal County Down, se asegura casi virtualmente la tarjeta del PGA Tour para el próximo año a través de la Race to Dubai y presenta su candidatura para el la Ryder Cup. En Bethpage que lleve otro el buggie.
En cuanto a los españoles, costoso doble bogey final de Adrián Otaegui (PAR). El donostiarra se queda fuera del top 10 tras fallar la salida en el 18 y verse obligado a dropar con penalidad. Acaba empatado en el puesto 17º con Nacho Elvira, que firmó una buena tarjeta de 70 golpes para acabar. Alex del Rey (+3) no pudo remontar el vuelo y acabó con 74 golpes y Santi Tarrio (+7) se despidió con una tarjeta de 72 golpes.



