Rory McIlroy (-7) es el líder en solitario de la Final de Dubai después de la primera jornada. Ha parecido por momentos que el norirlandés iba a reventar el Earth course del Jumeirah Golf Estates, pues marchaba seis menos después de ocho hoyos, y cada uno de sus disparos casi mejoraba al anterior, pero afortunadamente para el resto iba a aflojar por los últimos diez hoyos de su vuelta.
Rory, en todo caso, no aspira a ganar la Race to Dubai. No le salen los números de ninguna de las maneras. En esta batalla el principal favorito, Collin Morikawa (-4), que llegaba a la cita como líder del ranking, tiene la situación bajo control después de abrir con una buena vuelta de 68 golpes y a pesar de terminar con un bogey en el 17 y sin sacar el birdie en el 18, par 5, lo que sin duda le habrá dejado un regusto amargo. Podría añadirse que el control del joven californiano es casi absoluto, puesto que su principal rival por el objetivo, Billy Horschel (+2), ha comenzado de mala manera, y los otros cuatro jugadores que tienen posibilidades matemáticas (ellos necesitan sí o sí ganar el torneo) tampoco se han disparado en la tabla: Tyrrell Hatton (-2), Matt Fitzpatrick (-2), Paul Casey (-2) y Min Woo Lee (PAR). Sobre todo los tres ingleses, eso sí, todavía no han dicho la última palabra.
Nada nuevo bajo el sol de Dubai. El Earth course es un recorrido que no tiene nada de sencillo, pero en el que el buen juego puede sacar mucho rédito. Así que raro, muy raro será que el ganador no se vaya el domingo a un registro en torno al -16 o -18, y sobre estos parámetros debe manejarse todo aquel que tenga esta semana un objetivo ambicioso.
La sensación que ha dejado Morikawa ha sido realmente de gran solidez. Ni siquiera le ha hecho falta su mejor versión para verse ahí arriba desde el inicio. Es lo que tiene muchas veces este jugador, que aparentemente no parece estar haciendo nada del otro mundo, pero luego uno se pone a echar números y se da cuenta, por ejemplo, de que ha cazado más del setenta por ciento de greenes en regulación sin despeinarse. De todas maneras, estas finales, donde uno puede ir midiendo y regulando, como es su caso, tienen precisamente ese peligro, el de no centrarse única y exclusivamente en el triunfo. De momento, eso sí, quedan 54 hoyos para el final de la temporada en el circuito europeo y él está unos pasitos más cerca de la meta y de hacer historia, convirtiéndose en el primer estadounidense en ganar este ranking.