Digamos que el Turkish Airlines Open que comienza este jueves marca el inicio de un largo sprint hacia el final de temporada, con tres estaciones consecutivas de las Rolex Series. En juego todavía está el ganador de la Race to Dubai, aunque realmente será difícil que alguien le eche mano a Tommy Fleetwood, que además está presente en la cita.
La variante de Justin Rose, que ha irrumpido con fuerza con su victoria en el HSBC, parece la única con cierto peso, porque se supone que Rose hará valer su buen momento de forma. Está a más de un millón de euros/puntos de Fleetwood y lo que ocurra esta semana en el Regnum Carya Golf (Antalya, Turquía) se antoja decisivo, puesto que Justin no estará la semana que viene en el Nedbank de Sudáfrica. A Tommy, por su parte, tal y como ha declarado, no le importaría nada que el final de temporada sea de lo más aburrido…
El Regnum Carya Golf se estrenaba el año pasado y vuelve a ser el escenario de la prueba, lo que es sin duda una buena noticia para el golf español. ¿Será posible seguir soñando con la novena victoria del año en los dos grandes circuitos, igualando así el mejor registro de la historia? Hace doce meses la Armada dejaba su huella. Por ejemplo, Jorge Campillo arrancaba arriba, en segunda posición, gracias entre otras cosas al hoyo en uno que conseguía en el hoyo 14 en aquella primera vuelta (el extremeño terminaría 17º). Pablo Larrazábal, por su parte, anduvo todo el torneo, de jueves a domingo, metido dentro del top ten y finalizaba en octava posición, un puesto por delante de Nacho Elvira, que fue de menos a más y cerraba los 72 hoyos con apenas cuatro bogeys… Fue además una buena semana para Adrián Otaegui (acabó 13º), que firmaba un fantástico 63 en la segunda jornada, saliendo a jugar en la segunda ronda por el hoyo 11 y comenzando con cinco birdies consecutivos…
Y el caso es que son precisamente estos cuatro jugadores, Larrazábal, Elvira, Otaegui y Campillo, los españoles que andan hoy en suelo turco, así que el run run que llega suena agradable, transmite buenas vibraciones. La energía es positiva. Será el buen tiempo y que realmente el prototipo de este recorrido de Antalya resulta familiar a los nuestros. Tan mediterráneo, pegado al mar, con esos pinos altos flanqueando las calles. Como dice Campillo, a quien le entra por el ojo, le recuerda también a esos campos portugueses tan del gusto del jugador español. Y no le falta razón. Es, en cualquier caso, un campo muy bien conseguido, rematado, integrado, donde no hay hoyos deficientes o insustanciales y cada uno tiene su personalidad.
