Sergio García ha arrancado el Valderrama Open de España con una vuelta de 74 golpes. No es el resultado soñado por el jugador de Borriol, pero tampoco será ningún desastre cuando acabe el día. Las condiciones de juego son complicadas, con un campo preparado de forma exigente que no va regalando precisamente caramelos, así que García estará cuando termine el día rondando el corte provisional del torneo y no muy lejos de la cabeza.
Valderrama exige tener todos los sentidos alerta y Sergio siente que le falta algo de fondo para afrontar este desafío. Augusta puede llegar a fundir los plomos y conviene recordar que el de Castellón se encuentra en su cuarta semana consecutiva de juego, algo muy poco habitual en su calendario. «Yo diría que no he jugado ni mal, pero reconozco que me hace falta descansar. Este campo exige mucho, hay que estar muy fino no sólo de juego, sino también de cabeza y a mí me falta un poco de energía«, asegura.
La vuelta de Sergio queda definida perfectamente por sus palabras. Empezó bien, colocándose uno bajo par sin grandes alardes, pero a medida que avanzó la vuelta se le fue poniendo más cuesta arriba y le resultó más difícil resolver los problemas. Terminó con cuatro bogeys en los segundos nueve, en un día donde hacía falta mucho mono de trabajo, con seis calles y apenas diez greenes cogidos.
