Sergio García y Padraig Harrington no han sido, precisamente, los mejores amigos del mundo. Más bien al contrario, han tenido durante años una relación áspera, difícil, complicada y muy tensa. Las heridas se fueron abriendo durante los duelos que mantuvieron en el Open Championship de 2007 y el PGA Championship de 2008 y en los que el irlandés se acabó llevando el gato al agua. La distancia entre ambos se fue abriendo y llegó un momento en el que las diferencias parecían insalvables.
Sin embargo, a partir del Masters de Augusta de 2017 dio la sensación de que tanto Harrington como Sergio habían enterrado el hacha de guerra. Todo empezó con unas declaraciones de Harrington. Admitía las diferencias que había tenido con el español, basadas fundamentalmente en dos maneras distintas de entender la profesión de golf, pero se terminaba quitando el sombrero ante la trayectoria de Sergio y su victoria en Augusta frente a Justin Rose.
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Aquellas palabras fueron un antes y un después y al cabo de unas semanas se encontraron en la boda de Rory McIlroy y terminaron de aclarar su relación. El mal rollo quedaba atrás. Pasaron página. No obstante, no se sabía hasta dónde había podido llegar esa nueva ‘entente cordiale’.
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En la pasada Ryder Cup, Harrington y Sergio volvieron a coincidir en el vestuario, haciendo equipo, uno junto al otro. El irlandés era vicecapitán de Thomas Bjorn y García uno de los pilares del equipo. ¿Cómo fue la semana y, sobre todo, cómo ve la posibilidad de que Harrington sea capitán en la próxima Ryder Cup? Le preguntamos a Sergio…
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El hacha está definitivamente enterrada y volatilizada. La relación de ambos ha cambiado y así se desprende de las palabras de Sergio. “En París hemos tenido charlas, muy bien ambos, comentando cosas sobre el equipo, posibilidades… Todo aquello que pasó entre nosotros es pasado y Padraig y yo tenemos una buena relación, nos llevamos muy bien y si acaba siendo elegido como capitán, y yo estoy en el equipo, estaré encantado, intentaré ayudarlo en todo lo que pueda para que el equipo sea el mejor posible y no hay mucho más que decir”, asegura.
«Si acaba siendo elegido como capitán, y yo estoy en el equipo, estaré encantado, intentaré ayudarlo en todo lo que pueda para que el equipo sea el mejor posible»
Lo cierto es que Harrington es el favorito en todas las quinielas para ser el próximo capitán europeo de la Ryder Cup. Europa, como siempre, cierra filas, con un sentido de la lealtad mucho más acentuado que en el bando norteamericano. Se trata, sin duda, de un gran primer paso para el equipo europeo que su más que posible capitán en Whistling Straits y su principal figura hayan conseguido normalizar su relación.