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Sergio sigue buscando el camino…

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Sergio García (PAR) ya ha finalizado su primera ronda del Bridgestone WGC Invitational. Ha entregado un 70, par final, que no es mal resultado en este Firestone. Un comienzo contenido. Ya está en marcha el turno vespertino de juego con Quirós y Jiménez en acción…

 

El primer líder consistente en la casa club es Bubba Watson (-6), que con una serie de cuatro birdies consecutivos entre los hoyos 11 y 14 disparaba su registro. Kenny Perry (-4) es segundo, empatado con Phil Miclkelson, que lanza el primer guante al rostro de Tiger Woods en la lucha por el cetro mundial. El Número Uno juega en el turno de tarde.

 Decimos que el resultado de Sergio no puede considerarse negativo, ni mucho menos, y no le decimos por decir: con el turno de mañana ya maduro y más de treinta jugadores con la vuelta acabada, no llegaban a la decena aquellos que habían firmado tarjetas bajo par.

"He mejorado. Estoy pegando muy buenos golpes, pero siempre hay un momento en el que las cosas se tuercen cuando parece que va bien el día…". Este comentario es de Sergio García. Lo hizo durante el pasado British en St Andrews, pero bien pudiera haberlo hecho hoy. Resume con bastante precisión el estado del jugador de Borriol, que no consigue frenar del todo la hemorragia de bogeys en sus vueltas.

Hoy comenzaba muy sólido hasta el punto de llegar al liderato con birdies al 2 y al 7. Pero un doble bogey en el 9 frenaba en seco su progresión. Después, a remar otra vez. Y en este sentido hay que valorar la obstinación deportiva de este excelente jugador: las cosas no terminan de salir, pero él no baja los brazos. Hasta el último disparo en el 18 buscó el resultado bajo par, de nuevo con solidez y hasta brillantez de tee a green.

No parece que Sergio lleve repleta la reserva de paciencia, pero amor propio y vergüenza torera le sobran para lidiar en esta magnífica cita del calendario. Sufriendo y penando a ver si un día cuadra el círculo: sus números y su puesta en acción revelan que no anda tan lejos, pero ya se sabe que la línea que separa el éxito de las galeras es delgada. Dramáticamente delgada.