Bendito sea Murphy y su famosa ley. Basta que España juegue los octavos de final del Mundial ante Rusia el domingo a las cuatro de la tarde para que haya unos cuantos españoles jugándose la victoria en el Open de Francia precisamente a esa hora; y no sólo la victoria, sino también alguna plaza del British Open, según los casos.
Bendito sea Murphy, porque la actual clasificación de este torneo de las Rolex Series alegra la vista con solo mirarla: hasta cuatro de los nuestros aparecen bien instalados en el top ten después de 54 hoyos: Sergio García (-7), Jon Rahm (-6), Adrián Otaegui (-3) y Pedro Oriol (-2). Una circunstancia que cobra mayor relevancia si consideramos la exigencia del Golf National. Había que jugar muy bien para llegar a esta situación después de tres jornadas. Pero que muy bien.
El Pirata, como es lógico, es el primero que salta al abordaje…
El líder, no obstante, es Marcus Kinhult (-10), el jovencísimo sueco proyecto de estrella que ya había lanzado alguna advertencia el año pasado (acabó quinto en el ranking del Challenge con la gorra) y también en 2018 (fue tercero en Qatar, por ejemplo). El escandinavo ha mostrado un temple y una determinación bestiales a la hora de salvar pares casi inconcebibles (hoyos 4 y 17) y seguramente está siendo el killer entre los killers esta semana con el putter en la mano. Vaya manera de enchufar.
Kinhult saldrá en el partido estelar del domingo junto a Chris Wood (-8) y justo por detrás de Sergio y Jon, ni más ni menos. Dos semanas después de un US Open de tétrico recuerdo para ellos, donde jugaron juntos el jueves y el viernes, también con Cabrera Bello, sin que a ninguno de los dos le fuera ni medio bien, vuelven a verse las caras en un tee del hoyo 1. Esta vez el escenario nada tiene que ver, afortunadamente, porque salen como candidatos a un triunfo de campanillas (mucha atención, porque el golf español suma tres triunfos en los diez torneos de las Rolex Series que se han disputado hasta la fecha, un porcentaje que es una auténtica bestialidad, imposible de mantener en el tiempo, pero que curiosamente podría incrementarse en unas horas).
VÍDEO: Sergio rozó el hoyo en el 1 en el 11 con este tirazo
Primero fueron Otaegui y Campillo, salteando el Golf National de birdies (lástima el triple bogey del extremeño en el 18, que destrozaba una magnífica ronda de golf); luego Oriol, con un parcial de cuatro menos por los primeros nueve; y finalmente García y Rahm, cada cual a su manera…
VÍDEO | Rahm salvó un par antológico desde la selva
Sergio se dejaba el birdie casi dado en el hoyo 1. También en el hoyo 3. Y en el 6. Y en el 9… Dicho así, parece sencillo. En realidad, este golf, en el Albatros course, está al alcance de muy pocos. Qué manera de diseñar los golpes, de ejecutarlos. Qué manera de estar en el campo, tan distinta además a la de escasas fechas, tensa y crispada. Suceda lo que suceda mañana en el desenlace no hay problema en anunciar que está de regreso al más alto nivel. Finalizaba la vuelta con el único error grueso del día, enviando la bola al agua desde el tee, pero también con el mejor golpe de todos, un hierro 4 vertiginoso, sobre la cuerda floja, con el que aún se iba a dejar una buena oportunidad de salvar el par. Su hermano Víctor, a los mandos de la bolsa, no puede estar disfrutando más y, aunque conoce a su hermano mejor que nadie, no deja tampoco de sorprenderse con sus capacidades, con lo bien que está jugando, con esa actitud zen…
Rahmbo, al contrario, comenzaba enviando la bola al agua en el 3, donde pagaba un costoso peaje (doble bogey), pero después de ir y venir, de luchar como un titán, de patear para eagle en dos hoyos (en el 6, par 4 corto en el que hoy se podía llegar a green, y en el 14), de pegar algunos drives de otro mundo (hoyos 9 y 13), después asimismo de salvar un par tremebundo en el 15, después de todo eso, ponía un broche valiosísimo con sendos birdies en los hoyos 17 y 18, tras embocar putts de tres y siete metros, aproximadamente. Mientras Jon no acaba la vuelta siempre puede suceder algo (hoy, sólo cuatro birdies se contabilizaban en el 18 y seguro que ninguno como el suyo, pegando desde el primer corte de rough).
Mañana salen juntos y en ningún caso de la mano, obviamente. Cada cual a lo suyo, a la caza de Kinhult, ojalá que contagiándose el uno al otro la excelencia, la energía positiva y el empuje. Y ya es significativo asistir a este acontecimiento en el campo donde dentro de tres meses se juega la Ryder Cup. ¿Un retrato premonitorio, este de ver salir juntos al de Borriol y al de Barrika desde el tee del 1 del Golf National? Lo normal, la verdad, es que no jueguen emparejados ante los estadounidenses, pero la foto tiene toda la magia.