Cerca de 80.000 aficionados se acercaron el año pasado al Himmerland Golf & Spa Resort con motivo del Made in Denmark, torneo del circuito europeo que entonces se estrenaba y que este jueves arranca en su segunda edición. Éxito sin parangón y auténtica fiesta nacional del golf en Dinamarca. De sombrerazo y envidia sana (o quizá no tan sana)…
El viento, en un recorrido muy expuesto, fue uno de los grandes protagonistas en la pasada edición y por ello, entre otras cosas, tan solo catorce jugadores batieron al campo al final de los 72 hoyos. Este año, si damos credibilidad a las previsiones, va a soplar aunque no tanto. Lo de la credibilidad tiene su miga, tratándose de una cita que se desarrolla en el norte de Dinamarca, Jutlandia septentrional, puede que una de los parajes más ventosos del planeta, aunque sobre todo lo sea en invierno.
Y en este ambiente festivo sólo estarán presentes tres de los primeros sesenta clasificados de la Race to Dubai. Uno de ellos es Marc Warren, el mejor clasificado (14º), y que seguramente está presente porque defiende título. Los otros dos son Soren Kjeldsen (jugador local), y Matthew Fitzpatrick, cuya juventud y ganas todavía pueden con todo. Warren y Kjeldsen son precisamente los únicos top 100 mundiales en el torneo. Un auténtico desastre que debe tener muy preocupado al European Tour.
La parte positiva del asunto, barriendo para casa, es que tantísima ausencia permite la presencia de algunos jugadores españoles que de otro modo no entrarían y que van a tener una buena oportunidad de darle un empujón a sus carreras si les sale la semana buena. Estos son los nueve que están allí: Jorge Campillo, Adrián Otaegui, Eduardo de la Riva, Carlos del Moral, Pedro Oriol, Antonio Hortal, Emilio Cuartero, Álvaro Velasco y José Manuel Lara.
