Caos absoluto en Castle Stuart. El Open de Escocia está sufriendo un durísimo varapalo. Hoy no se ha jugado ni un hoyo. Ni un profesional en el campo. A las 19,50, horal local, se desistía en el intento de sacar a los jugadores al campo y se suspendía definitivamente la jornada. El mal tiempo ha descuartizado los horarios de salida y, lo que es peor, el temporal parecía descuartizar también algunas zonas concretas del recorrido…
Tal y como avanzábamos, la decisión ya está tomada: se acabará a 54 hoyos. Es la primera vez que algo así va a ocurrir en el Open de Escocia. Este año, en concreto, la debacle es tremenda, puesto que se esperaban alrededor de 50.000 aficionados durante el fin de semana. El grave problema, además, es que nos plantamos en la jornada dominical y todavía no está siquiera establecido el corte. Mañana deberá terminarse la segunda vuelta y acto seguido comenzar la tercera y última.
Colin Montgomerie, aún santo y seña del golf escocés, se quejaba amargamente de la decisión de la organización. Cada uno barre para su casa, como es lógico, y él reconocía hoy que para meterse en el British de la semana que viene iba a necesitar un torneo a 72 hoyos… Monty asegura no entender por qué no se puede jugar el lunes.
El malestar, en cualquier caso, es generalizado, aunque aquellos que andan arriba en la clasificación pueden salir muy beneficiados y seguramente se lo toman con mejor humor. José Manuel Lara, a un golpe de los líderes, es uno de los 'elegidos'. Bien, habrá que decir que ellos no sabían nada cuando se dedicaron sencillamente a jugar mejor que los demás. A sumar menos golpes.
Castle Stuart parecía partirse en dos en algunas calles, a causa de auténticos corrimientos del terreno. Es un links muy nuevo y todavía, parece, no está bien asentado sobre esa base de arena de playa. A ver qué solución se encuentra para mañana.
