El concepto de cerca y lejos que tan claramente explicaba el gran Coco en uno de los capítulos de Barrio Sésamo está bastante más difuso en el Nordea Masters después de la primera jornada.
Nada menos que 26 jugadores están separados sólo por dos golpes en el duro Bro Hof Slott Golf Club de Estocolmo, un campo en el que cuando el viento y el agua unen sus fuerzas se hace muy cuesta arriba. Así, mirando sólo al puesto, podría parecer que la Armada ha tenido un comienzo gélido, duro, atravesado, pues Álvaro Quirós es nuestro mejor exponente en la posición 45ª. Sin embargo, la realidad es que sólo está a cuatro golpes de los líderes y a tres de la séptima plaza. No, no ha sido un comienzo de los españoles para tirar cohetes, pero tampoco ha sido horrible. Tan lejos, tan cerca.
Quirós ha sufrido desde el tee, cogiendo sólo tres calles, pero ha tenido el coraje y la paciencia suficiente para aguantar y salvar pares a diestro y siniestro. Su tarjeta es una de las más raras del día en Suecia. En un campo donde la línea entre el acierto y el error es delgadísima, donde hay tantos eagles y birdies como bogeys, dobles bogeys o peor, resulta que ha hecho 15 pares, un bogey y dos birdies. Está lejos, pero en distancia perfecta para remontar posiciones el viernes jugando por la mañana.
Tampoco es malo el comienzo de Jorge Campillo (PAR). A partir de aquí, hay más angustia y rechinar de dientes que otra cosa. Adrián Otaegui (+2), Eduardo de la Riva (+2), Nacho Elvira (+3), Borja Virto (+4), Alejandro Cañizares (+5) y Pablo Larrazábal (+7) han sufrido en esta primera jornada y tendrán que remar de lo lindo el viernes para meterse en un corte que bien podría estar en -1.
La igualdad es tan brutal tras la primera ronda en Suecia que hasta seis jugadores comparten la cabeza con un total de cinco bajo par: Clement Berardo, Andrew Johnston, Sebastien Gros, Scott Henry y Florian Fristch. En cuanto al duelo entre los dos gallitos del torneos, Lee Westwood y Henrik Stenson, el primer asalto ha sido ganado claramente por el inglés, que firmó 68 golpes por los 72 del sueco.
El perfecto ejemplo de la escasa distancia que hay en Suecia entre el éxito y el fracaso lo representa el hoyo 13, un par 5 con muchísima agua por la derecha pero al que se puede llegar de dos pegando dos muy buenos golpes a un green muy pequeño. Se han visto cinco eagles y 39 birdies (el segundo hoyo donde más se han hecho) y trece dobles bogeys o peor, incluidos cuatro ‘9’ y un ’10’, que por desgracia recayó en Pablo Larrazábal. Difícil levantar un resultado así en un hoyo. Así se las gasta el Bro Hof Slott, un recorrido en el que tan pronto estás muy cerca, como de repente te vas muy lejos… Pincha aquí para ver los resultados.
