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Té de menta y couscous (II)

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– El grito del hoyo 2. Alejandro Cañizares (+1) está pegando muy bien a la bola. Tanto, que uno de sus golpes desde la calle, con el hierro 8, impactó directamente contra la cazuela del hoyo, sin tocar siquiera la bandera…

Provocó un importante destrozo y tuvieron un parón de unos 10 minutos para arreglar el agujero. Eso sí, la bola no entró. Salió disparada. El andaluz no termina de encontrarse cómodo en los greenes. Ayer falló tres putts en el 13, 14 y 15 (empezó por el 10) de menos de dos metros para par. En el 1 falló para birdie desde 2,5 metros y en el 2 (par 5) tripateó tras alcanzar el green de dos. Ahí estalló. “Solté un grito, que sé que no está bien, pero a veces es necesario. Me sirvió porque a partir de ahí descargué adrenalina y me puse a pensar en positivo. Me recuperé y metí buenos putts (hizo dos birdies). El putter me está volviendo un poco loco y ayer decidí dejar de pensar en lo que estoy haciendo mal y simplemente pensar en tirarla por el sitio y meterla”.

– Manolo Quirós no entró finalmente en el torneo. Estuvo todo el día con la bolsa de palos preparada en el recorrido Palais Royal, pero no se produjo ninguna baja. La cosa no está para ir regalando torneos y los jugadores salen al campo incluso con problemas físicos. El malagueño tenía muchas ganas de jugar en en el jardín del Rey. Se quedará entrenando todo el fin de semana y acompañando a Laura Cabanillas, que juega la Copa Lalla Meryem.

– Peor es lo de Wade Ormsby. Por segunda semana consecutiva, el australiano se queda como primer reserva. Estuvo en Málaga y no jugó y ha estado en Agadir y no ha podido jugar. Se sacó la tarjeta en la Final de la Escuela con el puesto 25º. Su bolsa estuvo todo el día plantada en la puerta de la casa club. Sin moverse. No es oro todo lo que reluce. Los viajes y las estancias corren de su cuenta.

– Peter Whiteford y Daniel Gaunt eran los dos golfistas que estaban más tocados y que podían caerse. Ambos jugaron y acabaron bajo par: Whiteford (-2) y Gaunt (-1). Se cumplió el famoso dicho de “nunca te fíes de un jugador de golf lesionado”. En el caso de Whiteford, que sufre un problema de cervicales, incluso, hay una teoría científica. Nos la explica Álvaro Zerolo, fisioterapeuta del Circuito Europeo. “Este problema provoca que los jugadores pierdan distancia, pero les obliga a hacer el swing más suave. Si consiguen olvidarse de la dolencia y se centran en jugar recto y tranquilos se ven a veces muy buenos resultados. Aún recuerdo un 63 que se hizo el portugués Lima después de pasar por el camión de los fisios con este mismo problema”. Ya ven, si les ataca la famosa ‘tortícolis’, no se preocupen demasiado, aún pueden hacer resultado.

– Rafa Cabrera Bello (-2) se ha colocado bien después de la primera jornada en el Palais. Cuando se calmó el viento, aprovechó para hacer un magnífico eagle en el hoyo 15. En la jornada de prácticas lo vimos fino e inspirado. Hoy le toca L’Ocean. Veamos cómo sopla el viento, pero no lo pierdan de vista…

– Nacho Garrido (+1), en modo ‘steady’. El madrileño hizo tres bogeys y dos birdies. “He jugado más o menos, ha sido una vuelta sosa, muy ‘steady’”, aseguraba. Le tocó jugar la parte final de su recorrido sin apenas viento. A cambio, eso sí, fueron las horas de más calor.

– Santi Luna (+4) no tuvo un buen comienzo de torneo. Pese a todo, se le ve feliz en Marruecos. “Es verdad, me siento como en casa, no es una manera de hablar”, aseguraba con una sonrisa en la casa club poco antes de salir a jugar. Ganar tres veces en el mismo país no está al alcance de muchos…

– Mark Tullo (-4) es el mejor latino del torneo tras los primeros 18 hoyos. El chileno hizo ayer honor a su segundo apellido: De Best. Tal como suena. Lo pudimos comprobar con su documentación. “Es de origen holandés, como mi madre. Ya le he dicho a mi padre que el Tullo lo vamos a tener que echar para un lado”, aseguraba entre risas en la casa club.

– Marruecos es un torneo especial. No hay mucho público, ni el campo está plagado de marshals. Hay un ambiente más relajado. Hay jugadores que agradecen un torneo de estas características y otros que prefieren la vía tradicional. Ya saben, hay gente para todo.

– Zamora y Vidaor, Vidaor y Zamora, los dos directores españoles de este torneo, se merecen un sobresaliente después de la primera jornada. Y no señores, no se trata de un ‘chauvinismo’ chusquero. Tiene mérito que hayan conseguido preparar los campos para que ofrezcan el mismo nivel de dificultad, a pesar de que a todas luces el Palais es más complicado que L’Ocean. Lo han conseguido todo con las posiciones de bandera. Óle. El dato es tumbativo: de los 51 jugadores que ayer firmaron tarjetas bajo par, 26 jugaron L’Ocean y 25 el Palais. Precisión de cirujanos.

– Nick Dougherty está atravesando su particular travesía por el desierto. El inglés jugó ayer con Álvaro Velasco y tuvimos la oportunidad de verle durante varios hoyos. Su consistencia desde el tee fue dramática. No es de extrañar que acabara +5. Todas las salidas que le vimos ayer con el driver (fueron 4) terminaron en la calle de al lado. Todas. Es una pena, ya que calidad tiene más que sobrada.