Stenson, Stenson, Stenson y 25 veces Stenson. O 64 como ustedes prefieran. O más de cuatro millones de veces.
Cualquier número, el de su resultado final, el de sus dos últimas tarjetas en el Earth Course de Jumeirah o el de sus ganancias en Europa, se queda muy corto para describir la soberana exhibición que ha hecho en Dubai el mejor jugador del mundo. Stenson ha ganado por derribo el DP World Tour Championship y ha arrasado en la Race to Dubai. Seis golpes de ventaja y más de un millón de euros frente a Poulter. Demencial.
Una exhibición a la altura de su conquista histórica. Quizás nunca tuvo tanto sentido el bastón de mando que se entrega al ganador de la Final de Dubai. Porque aquí se han visto auténticas barbaridades, como la de Westwood o la de McIlroy, pero nada guarda parangón con lo realizado por este sueco elevado a la categoría de semidios del golf por lo que está haciendo desde el pasado Open Championship. FedEX Cup y Race to Dubai. A ver quién lo repite. Es el gran herededo de Thor, dios del trueno en la mitología nórdica.
Porque Stenson se ha comportado esta semana como un ser mitológico en Jumeirah. El viento comenzó a arremolinarse a primera hora de la mañana y para cuando salió el jugador de Göteborg ya se había convertido en una tormenta de arena, arena del desierto, de la tierra, de la misma tierra en la que vivió durante diez años antes de trasladarse a Florida.
Stenson fue una tormenta perfecta que envolvió y destrozó incluso a Ian Poulter, el particular Aquiles del golf europeo. Un héroe capaz de enfrentarse a seres sobrenaturales, con el arrojo de un ejército y una valentía encomiable. Poulter lo intentó, luchó, sacó birdies de donde sólo había pares y firmó un 66 para apretar al gigante. Pero ni por esas. (VÍDEO Resumen de la 4ª ronda).
El inglés erró el cáculo en su tiro con el arco. Pensó que con un 65 sería suficiente. Pero no. Ni siquiera con el 62 que pronosticaba tener en las manos le servía. Para ganar a Stenson habría necesitado un 59. Es decir, hacer historia en el circuito europeo. El problema es que la historia ya estaba escrita y Stenson la rubricó con un eagle de bandera en el 18.
