Inicio Grandes Circuitos DP World Tour Todo un bandolero, aunque cueste creerlo

Todo un bandolero, aunque cueste creerlo

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«Siempre quise ser un bandolero, un pistolero», comentaba entre risas Adrián Otaegui nada más finalizar su primera ronda en el Open de España, refiriéndose a ese nuevo ‘look’ que gasta. Un cañon de ronda la suya, por cierto, puesto que entregaba un 68, el segundo mejor registro del turno de tarde, sólo por detrás del heroico Fichardt. Ni el viento ni los greenes estaban para muchos sesenta y tantos como el del joven vasco, pero tampoco es nada nuevo que Adrián asome entre los mejores en este año 2015.

En honor a la verdad hay que puntualizar que si hay un jugador en el circuito europeo al que de entrada nadie le colgaría la etiqueta de bandolero ese sería precisamente Adrián Otaegui. Es imposible imaginarlo asaltando una diligencia, trabuco en mano, o viviendo del cuento en un recodo de Sierra Morena a la espera del próximo golpe. Lo es por sus modos exquisitos, por su timidez y, sobre todo, por su ética inquebrantable de trabajo.

«La clave es seguir aprendiendo. Sólo los resultados dirán si estoy asentado en el circuito europeo, aunque me veo bien, cogiendo confianza», señala el jugador de 22 años. Y los resultados, en efecto, van diciendo algunas cosas, y no sólo por este magnífico arranque en El Prat en unas condiciones de juego realmente complicadas. Acumula ya dos top-ten este año (Joburg y Tshwane), además de un duodécimo puesto en la India, por lo que en estos momentos, cuando se acerca el meridiano de la temporada, está luchando más por ir encontrando un hueco entre los sesenta mejores que por otra cosa.