El Strand course de Portstewart se dejaba hacer esta mañana de jueves. Una ligera brisa y poco más. Buena temperatura y el cielo cubierto, amenazante por momentos, pero sin llegar a cumplir ninguna de las amenazas. Quienes anduvieron calientes en los greenes sacaron buena tajada, como ha sido el caso de los dos líderes provisionales, Matthew Southgate (-7) y Oliver Fisher (-7).
El primero, además, rompiendo moldes y riéndose de las costumbres: Southgate jugó el martes la previa clasificatoria del British, se metió en Royal Birkdale y, para rizar el rizo, hoy ha salido a competir sin haber jugado ni un solo hoyo del campo en sesión de entrenamiento, puesto que el miércoles no salía en el Pro-Am.
No puede decirse que Pablo Larrazábal (-4), Rafa Cabrera Bello (-3) y Miguel Ángel Jiménez (-3) hayan hecho mal las cosas. Ni tampoco que su inicio de torneo sea deficiente, ni mucho menos. Pero a todos ellos se les quedaba la sonrisa a medias, pues sentían que el campo, en efecto, estaba para hacerle un pequeño roto a poco que las cosas salieran. Y como las cosas, en los tres casos, iban saliendo bien, con buenos tiros y siempre en control… Pues eso, que los tres se marchaban satisfechos sólo en parte.
Probablemente, quien ha estado más certero y seguro de los tres de tee a green ha sido Rafa. Su vuelta debió haberse ido a los 66 golpes con total y absoluta tranquilidad. No ha podido hacer ni un golpe más, como suele decirse en estos casos. Aunque Pablo y Miguel tampoco es que hayan ido recibiendo regalos. Es un buen inicio, de eso no cabe duda, pero en vista del fin de semana ventoso que se anuncia, todos saben que es muy valioso cualquier metro de terreno que se gane cuando las condiciones son favorables.
